Isaac Zúñiga, enviado
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¿Y cómo es Costa Rica un martes y a esta misma hora (3 p.m.)?, me preguntó un taxista mientras me traía de regreso del hotel donde se encuentra la Tricolor aquí en Asunción. Mi respuesta fue muy sencilla: muy similar a Asunción.

Tampoco es una imagen calcada como con carbón, pero se asemejan, en la conocida parte vieja de Asunción, bordeada por el imponente Río Paraguay. Carros por todas partes, pero con pocas presas, los famosos “guachimanes” con su galón literalmente del infaltable mate, que parece más bien agua con tierra, se ve igual gente pidiendo dinero en las esquinas.

Los taxis, amarillos con negro, parecen “porteadores” y los buses, que salen de todas partes y son bien coloridos, aquí sí es cierto que son las legítimas “cazadoras”. Para esos a quienes les gustan los fresquitos, el precio es similar a Tiquicia.

Una cerveza en un supermercado cuesta 6000 guaraníes (645 colones), mientras que en las discos 10000 (1076 colones). De lo que uno no puede quejarse es del trato que le dan sus ciudadanos a los extranjeros. “Los tratamos mejor que a los paraguayos”, comentó Luis Almada (un paraguayo).

Lo que sí me llamó la atención (las mujeres no tanto, me quedo con las ticas), fue el Palacio de los López, que viene siendo la Casa Presidencial.

Es una belleza arquitectónica, como salido de un cuento. Impresionante, al igual el Parlamento. Dios guarde los diputados nuestros ahí, sí en Cuesta de Moras no hacen mucho, ese sería como un hotel cinco estrellas para ellos.