Hugo Solano
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Para el Tribunal Penal de Pavas, el taxista Claudio Castro, de 50 años, asesinó a dos jóvenes luego de una discusión al concluir un servicio de taxi en La Verbena de San Felipe, Alajuelita, en mayo del 2007. Castro huyó, pero vecinos apuntaron la placa.
El hombre, que hasta ayer a las 9 a.m. se encontraba libre, fue condenado a 26 años.
Durante el juicio, Castro admitió los dos crímenes, pero tanto él, como su defensora Behy Hiu Li, sostuvieron que fue en defensa propia, porque lo iban a asaltar.
Esa tesis fue desvirtuada totalmente por los jueces con base en los testimonios de dos testigos que, pese a amenazas de muerte, declararon y, junto con las pericias del OIJ, involucraron a Castro.
“Bájense o los mato”, habría dicho el taxista, luego de una discusión y de seguido comenzó a disparar con un arma hechiza.
En el sitio falleció Yenney Bolandi, con dos disparos, uno en el tórax y otro en la cabeza. Ronald Acosta murió tres días después en el San Juan de Dios, a donde fue llevado con dos disparos.
Orfa Mora, jueza, explicó, que la trayectoria de las balas, los testigos y la historia de las víctimas, desacreditaron la declaración del taxista. Añadió que resulta increíble que pudiera reaccionar con tanta velocidad para matarlos teniendo un arma en la sien, como dijo Castro.
Por la mínima
Minor González, querellante.
Quedó claro que de no ser porque un periodista entrevistó testigos y publicó la placa del taxi, Castro habría huido”.
Deily Sandoval, esposa Rónald.
Quedó claro que ellos no eran asaltantes. Mi hijo y yo estamos muy afectados. Ahora a luchar por él”.
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