Emiratos Árabes/EFE y AP.- El rascacielos más alto del mundo, el Burj Dubái, con 828 metros de altura, fue inaugurado por todo lo alto esta semana, en el emirato de Dubái.
La altura exacta del edificio, que desbanca a la que era la torre más alta del mundo, la “Taipei 101” de Taiwán, con 509 metros, fue el secreto mejor guardado en los Emiratos Árabes Unidos (EAU).
El rascacielos, con forma de aguja y 192 plantas, costó $1.500 millones y se construyó en cinco años. Según la compañía inmobiliaria Emaar, que desarrolló el proyecto, el edificio dispone de 1.044 apartamentos de lujo, 49 plantas dedicadas a locales comerciales y oficinas, y 160 habitaciones de hotel.
Pero esta torre no es solo la más alta del mundo, ya que bate otros récords: uno de sus 57 ascensores está considerado el más rápido del planeta y cubre, además, la distancia más larga recorrida por un elevador, porque llega hasta su último piso.
Asimismo, en el piso 124 está el mirador más alto jamás construido, desde el cual se contempla todo Dubái, mientras que la piscina a mayor altura se puede disfrutar en el piso el 67.
Burj Dubái dispone de ocho escaleras mecánicas y un estacionamiento subterráneo para 3.000 vehículos.
Cuenta con un gimnasio de cuatro plantas, el primer hotel de la firma italiana Giorgio Armani y 11 hectáreas de parque a su alrededor con seis imponentes fuentes. Para su construcción se necesitaron más de 12.000 obreros, 7.500 ingenieros y varias empresas extranjeras, lideradas por la surcoreana Samsung Corporation.
Edificio salvavidas
Uno de los directores de Emaar, Mohamed al Abbar, comentó que el 90 por ciento del Burj Dubái está vendido, lo que se espera que beneficie al mercado inmobiliario del emirato que en estos momentos atraviesa una grave crisis.
Desde el año pasado, Dubái enfrenta la peor crisis financiera de su historia, cuando el precio de las propiedades en algunos sectores, que eran populares entre los clientes extranjeros, se derrumbaron a casi la mitad.
Esto hizo que muchas firmas que pertenecían al Gobierno se vieran en dificultades para pagar sus enormes deudas.
Por ello, Dubái tuvo que acudir a su vecino más rico y capital de los emiratos, Abu Dhabi, para obtener créditos de rescate por $25.000 millones y poder cubrir las deudas acumuladas por una red de empresas relacionadas con el Gobierno de Dubái.
Ahora, Dubái está sumida en deudas y muchos de sus edificios están vacíos como resultado de la burbuja de las propiedades que finalmente reventó.
Dubái es la capital comercial de los EAU, el cuarto mayor exportador de crudo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
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