Juan Diego Villarreal
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El Roble, Alajuela-. Desde la malla de la cancha de fútbol, de El Roble, de Alajuela, María Liboria Rangel, sufría con el resultado. Sus “hijos”, como ella les llama a los jugadores del equipo de Lajas de Santa Cruz, habían perdido la ventaja ante Orosi, en la semifinal del fútbol masculino.
Adrián Ugarte adelantó a los santacruceños, pero dos errores consecutivos del arquero guanacasteco, Carlos Pineda, le permieron a Arturo Mirault, anotar en dos ocasiones y darle la vuelta al marcador a favor de Orosi.
Cómo no ha de sufrir doña María Liboria, si ella es quien recibe en su casa , ubicada frente a la plaza de Lajas, a los futbolistas que viajan desde las comunidades de 27 de abril, Matapalo y Santa Bárbara, cuando deben entrenar.
Los alimenta, ya sea con el desayuno o el almuerzo e incluso les alista el “gallito” cuando deben salir a jugar fuera de Lajas y hasta les da dormida en su casa.
“Vendiendo gallinas arregladas, arroz con maíz, o rosquillas es que alimentamos a los muchachos. Este es un proceso de tres años, junto con mi hijo Mayron Grijalba Rangel, quien es el entrenador del equipo”, nos comenta la humilde santacruceña de 56 años y quien desde hace 15 está pendiante de la escuadra del barrio.
Le toca lavar uniformes, ordenarlos, cuidar los implementos y se asegura que no falte nada.
Por eso cuando Marvin Bonilla con un golazo de tiro libre puso el 3-1 a favor de Orosi, no ocultó su tristeza, aunque nunca perdió la confianza en sus “hijos”.
“Ellos lo dan todo en la cancha, nosotros los ayudamos para que no se metan en drogas, tenemos un largo proceso con el equipo”.
La ilusión le volvió al cuerpo a la señora Rangel cuando Kevin Matarrita descontó el 2-3 de tiro libre: “Aún hay tiempo” expresó.
Por eso no dude que cuando el mismo Matarrita marcó el 3-3 en tiempo de descuento por poco y se brinca la malla de la emoción.
Con el partido igualado 3-3 llegaron los penales y los rezos de María Liboria, a quien en Santa Cruz llaman cariñosamente “Liberia Mía”, porque aseguran es la dueña del equipo.
Pero esta vez la fortuna no estuvo del lado de Lajas de Santa Cruz a pesar de los ruegos de la valerosa mujer de piel curtida.
En total se lanzaron nueve penales. En muerte súbita, Juan Gutiérrez, de Lajas falló su disparo, por lo que Orosi ganó 8-7, y pasó a la final, hoy a las 11 a.m. ante Pococí, que derrotó 6-4 a Floreña.
Gutiérrez no pudo contener el llanto, al igual que doña María, quien consoló a sus “hijos”.
Medallero
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