Neyssa Calvo Achoy
ncalvo@aldia.co.cr

Su larga cabellera rubia y su esbelto cuerpo deja a más de uno con la boca abierta.

Sin embargo, cuando está lejos de las cámaras de televisión, Gabriela Gorden es una joven más que ama el andar sin una gota de maquillaje, en camiseta, jeans, lentes y un moño.

Es tan diferente fuera del mundo del espectáculo que puede que no la reconozcan en la calle como la sensual platinada que recién se estrena en el programa “Intrusos de la Farándula”, de canal 11.

A pesar de sus escasos 20 años, Gorden ya sabe lo que es tener a cargo la responsabilidad de vivir fuera de casa y más aún, compartir techo con su media naranja.

Cuando tenía 18 años tomó la decisión de hacer una vida en común con el estadounidense Leland Poundstone a quien conoció durante el tiempo que ambos trabajaron en un “call center”.

“No me costó convivir con él porque además es mi mejor amigo. Nos llevamos muy bien y pese a no ser farandulero comprende mi trabajo y lo respeta”, comentó.

Lo que sí confiesa, es que le ha costado compartir el clóset. En especial, porque se considera una gran compradora de calzado y ropa.

Los zapatos son su adoración y ella calcula que puede tener más de 50 pares. Y si se trata de botas simplemente la vuelven loca, aseguró con humor.

Su infancia y adolescencia transcurrieron como las de tantas jóvenes salvo que en esa época su pasión era la danza. Al punto que soñaba con convertirse en una bailarina profesional y llegar a los grandes escenarios.

No obstante, el tiempo se encargó de darle un giro a sus sueños.

¿Qué pasó? Luego de sacar el bachillerato dejó de ser la chica poco sociable aunque siempre estudiosa y concentrada en la danza.

“Siempre fui tranquila”, recordó emocionada.

Empezó a preocuparse más por su ropa, el cabello y su apariencia. Un cambio que además de reafirmar su personalidad fue el trampolín para destacar en el mundo del modelaje y llegar a la pantalla chica.

Su madre, Birgiete Gracey, oriunda de Dinamarca, influyó mucho en su nueva imagen y junto a su padre Roberto Gorden, estadounidense, se encargó de inculcar en la rubia el amor por la familia y el humor.

Su belleza es una gran aliada

Si algo tiene claro esta guapa rubia y ahora presentadora de televisión, es que su belleza física la ha llevado a donde está.

Comentó que hizo un “casting” para una agencia de publicidad y la contactaron para hablarle sobre la posibilidad de estar en el programa. “Desde un principio estuve interesada y con ganas de algo diferente”.

Gorden empezó en el modelaje cuando tenía 16 años, pero fue hasta los 18 años que tomó la carrera en serio trabajando para catálogos de ropa íntima y artículos para el hogar. Y hace año y medio se colocó implantes de silicona porque era “muy planita”, dijo.

Ella sabe que si no hubiera sido por su belleza no habría logrado más contratos como modelo y mucho menos estaría en “Intrusos” por su poca experiencia.

A poco más de dos meses, de estar en canal 11 siente que le falta mucho por recorrer. No olvida su primera vez: “Los nervios me comieron, pero ahora me siento más suelta y segura”, indicó. Aún así espera tomar clases de dicción.