Miércoles 27 de enero de 2010, San José, Costa Rica
Ovación | Fogueo en Argentina sirvió para crecer / Galería de fotos del juego
Ahí está la Sele 2014
Costa Rica perdió en el marcador, pero ganó en esperanza
  • AlDia.cr
    Michael Barrantes símboliza el juego de Costa Rica, con grandes virtudes y errores por mejorar. AFP

Antonio Alfaro
analfaro@aldia.co.cr

Si alguna vez el que pierde gana, esa fue anoche.

Costa Rica miró al 2014, Argentina pensó en el 2010 y Maradona inició con dificultades el año 49 d.D. (49 Después de Diego), según las cuentas que llevan los feligreses de esa parodia religiosa llamada Iglesia Maradoniana, sumando años a partir del nacimiento de su ídolo.

Cada quién pensó en lo suyo. Diego miró al cielo, pues sabe bien que eso de D10s es un invento de los fanáticos, “parte del folclor del fútbol”, según admitió alguna vez. Besó el crucifijo plateado que colgaba sobre su pecho y dio gracias por el tercer gol.

Costa Rica le había salido más respondona de lo esperado y no podía permitirse el primer empate en su era. Aunque su selección era un laboratorio, sin un solo legionario, su duro camino al mando de la albiceleste no admitía un empate con una selección eliminada, sin figuras ni cartel.

Quien vio el partido, quizás lo hubiese perdonado. Al frente tuvo una “Sele” tica decente, bastante decente, sin pelota bien parada, con pelota sin complejos. Con errores -como siempre- con virtudes -más de las esperadas-. Costa Rica no dejó que Argentina le pintara la cara.

La “Sele” fue más que aceptable entre altibajos, con muy buenos momentos. Algo faltó -es cierto- como en el par de “perritas” seguidas que se animó a hacer Barrantes, para culminar con un pase a piernas del contrario. Como en el fenomenal pase de Estrada a la merecedora carrera de Argenis que se hubiera convertido en el 3-3, de no haber perdido el mano a mano con el arquero. Algo sobrevivió -nadie puede negarlo-: la ilusión, el atrevimiento, los complejos superados, como si no fuera la selección de Argentina la que estaba al frente.

Hay razones para no fijarse solo en la derrota. El gran juego de Michael Barrantes -al que le sobró esa pifia en el segundo gol argentino, no más grande que su golazo de tiro libre-. El ímpetu inicial, el intento de posesión de pelota. El regreso al partido cuando Argentina parecía haber tomado por completo el partido en sus manos en el segundo tiempo. La reanimación, la jovialidad y regreso al ataque con el ingreso de cambio de Argenis, Estrada y Madrigal. El pase de Estrada, globeadito sobre la zaga argentina, en el gol de Madrigal. Así la pasa un 10, aunque el nuestro sin duda aún debe crecer.

El pequeño y compañeros casi nos hacen olvidar que a Navas “se le escapó la tortuga”, como reza la frase que suele usar Maradona. Se te puede escapar un conejo, pero no una tortuga, aquel centro mal puñeteado, que dejó el gol servido. Por poco olvidamos los yerros, hasta que la mala marca en el tercer tanto nos recordó que algo hizo falta.

Por poco, por muy poco, llegamos a olvidar que apenas se inicia el 2010 y no el 2014.

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