Hugo Solano
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La mañana entera la presidenta electa Laura Chinchilla atendió a los medios de prensa nacionales e internacionales y en la tarde, la emoción fue profunda.
A las 3:20 p.m. llegó a la plazoleta de la Basílica de Los Ángeles en Cartago, y fue tanta la multitud que le esperaba fuera y dentro del templo, que tardó 20 minutos en llegar hasta el altar, donde se celebró un Te Deum, presidido por el obispo local, Francisco Ulloa.
En la ceremonia le acompañaron sus padres, su esposo, su hijo, los vicepresidentes electos y sus esposas, los diputados electos Gerardo Villanueva y Viviana Martín y otros dirigentes del PLN.
En su alocución, el obispo la declaró “hija predilecta de la Virgen” y clamó a “La Negrita” para que la ilumine en su gestión.
“Es un honor que me hizo el Obispo, me emocionó y después de que el pueblo de Costa Rica me eligió como presidenta, es lo más hermoso que me ha sucedido”, expresó Chinchilla.
“Todo lo que hemos logrado en este país es gracias a la fe que le tenemos a la Virgencita de los Ángeles, que nutre la devoción de nuestro pueblo”, acotó.
Dijo que llega como una peregrina a ese templo a poner todo en sus manos con base en el mandato del pueblo de Costa Rica.
El obispo Ulloa dijo que doña Laura es una persona de gran amor y cariño por la Virgen, razón por la cual le dio ese título.
La ceremonia terminó a las 4:35 p.m.
Chinchilla fue muy aplaudida al entrar y también cuando dijo que espera poder honrarla en las celebraciones de agosto con una serie de obras que harán honor al fervor del pueblo hacia ella.
Al final, Laura dijo que está trabajando en la agenda y en las próximas horas podría definir encuentros con todos los partidos políticos y los sectores sociales.
De hecho para hoy, a las 3 p.m., tendrá su primer encuentro como Presidente Electa con el mandatario Óscar Arias en la Casa Presidencial, Zapote.
Ayer Chinchilla comentó que habló con la mandataria de Chile, Michelle Bachelet que termina su administración en marzo y con la que, según dijo, le habría encantado compartir juntas la experiencia de gobernar.
También habló con el presidente Álvaro Colom, de Guatemala y el de México, Felipe Calderón, así como con el panameño Ricardo Martinelli.
A las 5:18 p.m. llegó al cementerio de Desamparados donde visitó la tumba de su abuela paterna Etelgibe Fallas y sus abuelos maternos Amando Miranda y Zelmira Castillo.
Toda la tarde le acompañó su esposo José María Rico y su hijo del mismo nombre, de 13 años, quien mañana entra a clases.
En la entrada del camposanto dijo que iba a recordar los momentos hermosos que pasó con sus abuelos y a poner una ofrenda en la tumba donde reposan.
También iba la madre de la Presidenta Electa, Emilce Miranda, quien manifestó estar muy emocionada con las muestras de cariño que recibió su hija en Cartago y en los lugares que visita.
“Es increíble, usted ha visto cómo la recibe la gente con gran empatía, principalmente mujeres y niños”, expresó.
El esposo de doña Laura, dijo que tanto él como su hijo, le apoyarán en todo, aunque reconoció que lo hará desde su casa, donde seguirá con sus consultorías.
Añadió que la conoció cuando le asesoraba en temas de seguridad y desde entonces le ha ayudado en ese campo que ella domina muy bien.
La jornada de la Presidenta Electa terminó a las 7 p.m. en su casa, en Villa Real de Escazú, donde tuvo dos entrevistas de televisión y con prensa extranjera.
Cómo celebró
Una oración privada con el padre Sergio Valverde, su familia, sus vicepresidentes y dirigentes de campaña fueron parte de lo vivido al final del domingo, tras concluir su primera conferencia de prensa como Presidenta Electa.
En el tumulto de ayer al entrar a la Basílica se le perdió uno de sus aretes.Con banderas de Costa Rica y del PLN, la recibieron los cartagineses llenos de júbilo ayer en la Basílica.
“El teléfono no para de sonar”
Rafael Ángel Chinchilla, excontralor general de la República y padre de la Presidenta Electa, dijo que los costarricenses rompieron la tradición y el machismo del país al elegir a su hija como mandataria.
“Los teléfonos en casa me tienen loco. No pude dormir porque desde las 6 a.m. estaban sonando los teléfonos con llamadas de amigos míos aquí y en el exterior.
Hoy a la entrada de la iglesia lloré porque me emociona mucho el aprecio de la gente por Laura”.
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