Edgar Chinchilla, corresponsal GN y Carlos Láscarez S.
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Ciudad Quesada. - Serena, con los ojos vidriosos y la mirada perdida al frente, escuchó ayer Rosa María Ramos González, de 43 años, la sentencia que la envió 12 años a prisión, tras ser hallada culpable del crimen de su yerno Geovanni Salazar, de 35 años, ocurrido el 17 de setiembre del 2008.

Antes de ser condenada, Ramos declaró que había disparado en defensa propia, al enterarse de que Salazar agredía a su hija.

Sin embargo, durante la explicación del por tanto, el juez Humberto Rodríguez, explicó que el tribunal desacreditó tal versión, ya que la víctima presentaba tres disparos por la espalda.

Consideró, además, que la mujer había planeado con anterioridad sustraer el arma al taxista al que le había pedido un servicio, y que no se devolvió al vehículo como ella lo manifestó. Además de los 12 años por el delito de homicidios simple, se le prorrogó la prisión preventiva por seis meses.

Tras el fallo, las hermanas de la sentenciada la emprendieron con gritos hacia ella, por lo que tuvo que intervenir la seguridad interna y agentes judiciales La viuda, así como una hija, fueron sacadas por otra puerta, mientras los ánimos bajaban en la sala.