Las protagonistas: cuatro motos BMW F800 GS, las cuales fueron conducidas por pilotos apasionados por esta marca, quienes empezaron a preparar y planear este viaje hace 2 años.

Ha sido una Vuelta al Mundo por relevos, cada equipo de cuatro pilotos recogía las cuatro motos en la ciudad destino del equipo anterior, hacían una revisión mecánica, reparaciones, mantenimiento y salían para su siguiente destino, 2 semanas y aproximadamente de 3.000 a 4.000 kilómetros.

Esta Vuelta se hizo sin vehículo de apoyo, no era necesario, ya que por un lado las motos son de gran fiabilidad y resistencia y por otro lado, todos los pilotos hicieron un curso de mecánica de emergencia y tenían conocimientos en todas las áreas relevantes para realizar exitosamente este desafío: mecánica, primeros auxilios, telecomunicaciones, navegación, etc.

Además, los pilotos tenían que preparar su etapa, estudiar mapas, libros, rutas, relatos de otros viajeros y aventureros, buscar hoteles, talleres, hospitales, contacto con las embajadas, con los Clubs de Moto BMW de los países, preparar el material fotográfico y de video, las entrevistas con las televisoras locales y prensa, diseñar el recorrido, uniendo todos los puntos interesantes, etc.

En la ruta se cumplía con los objetivos del viaje: geografía, aventura, naturaleza, cultura y humanidad.

Aunque suena maravilloso, no fue fácil ya que incluso con la mejor planificación, debían adaptarse al terreno, a las condiciones, a los cambios y a las circunstancias.

Hubo contratiempos, retrasos que se recuperaron (en total solo 2 días de retraso en la llegada en una etapa en África), problemas que se resolvieron con creatividad e imaginación, paciencia y espíritu de equipo. Hay mil historias y anécdotas que contar...