Edgar Fonseca
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La presidenta electa tiene, al menos, un par de espejos de otras gobernantes latinoamericanas en los cuales mirarse y echar para su saco.

El espejo de Michelle Bachelet en Chile.

O el espejo de la Kirchner en Argentina.

Bachelet deja su banda presidencial este próximo 11 de marzo.

Concluye su periodo con espectaculares niveles de popularidad entre sus conciudadanos.

Marcada por la tragedia de la dictadura pinochetista, supo consolidar en su periodo, con visión y pragmatismo, la reforma económica, que tiene hoy a Chile como el primer país en desarrollo del hemisferio.

Supo impulsar esas “gigantescas conquistas después de período dictatorial tan oscuro y cruel”, como apuntaba hace poco el gurú John Biehl.

Doña Laura podría pegarle una llamadita. Nada mal hacen algunos consejitos para sus primeros 100 días y el resto.

El otro espejo, la Kirchner, “la locuaz”, como la tratan sus compatriotas.

Secuestrada por su marido, el peronismo y los gremios; y, manejada a control remoto desde Caracas, tiene a Argentina al borde del colapso.

Con razón los ciudadanos ya no le creen, destacó este fin de semana El País de Madrid.

Punto final- Tras una de las más ejemplarizantes jornadas democráticas de nuestro país, un clarividente de la política tica se ha dejado decir que el sistema está enfermo… Sobran las palabras.