Milton Montenegro
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Alajuela. La expectativa se cumplió. “Estuvo genial”, decía un pequeño a la salida del Morera Soto, mientras caminaba al lado de su padre, quien con una sonrisa de satisfacción parecía un niño, que no cabía de la alegría porque vio a sus estrellas.

El show de la WWE fue un éxito, la presencia por primera vez en el país de las figuras de la lucha libre causó emoción, subió la adrenalina y hasta sorprendió a más de uno.

Los gritos de admiración ante la llegada de “Kane”, la boca abierta de muchos al ver la enorme estatura y cara de muy malo del “Undertaker” y, por supuesto, el apoyo a Rey Mysterio, causó hilaridad entre los asistentes.

Pero la fiesta comenzó temprano, a las 10 de la mañana iniciaron las filas en las diferentes puertas de acceso al estadio Alejandro Morera Soto.

Fue un llenazo, hasta la gramilla del Morera estaba a reventar y el clímax de la emoción inició puntual, a las siete de la noche apagaron las luces del estadio, los gritos de la gente hicieron vibrar el escenario y apareció John Morrison, quien hizo pareja con Matt Hardy, para medirse a los Hard Dinasty.

“Hardy, Hardy”, alentaba el público a Matt, quien se llevaba una mano al oído para escuchar su nombre a un solo coro, al tiempo que el estruendo de la lona, ante la caída de Morrison, hacía que más de uno soltara el “uyyy”.

Puños iban, patadas volaban y candados que provocaban el gesto de dolor de los luchadores; falso, sí, pero ese es el show, es el espectáculo que ofreció “Kane”, el “monstruo rojo”, quien se lució con la “contra lona callejera” (toma a su rival, corre un poco con él y lo azota al piso).

También se lanzó desde la tercera cuerda y claro, puso su firma, mostró la “garra”.

CM Punk se ganó el odio de los ticos, cuando en su mal español dijo: “no me gusta Costa Rica”. La gente quería que R - Truth barriera la lona con él, pero el malvado Punk se llevó la victoria.

Gran noche en el Morera, gestos de admiración del público, “estuvo buenísimo”, decía la mayoría, mientras recordaban la entrada del “Undertaker”, quien al sonido de campanas y luces apagadas, metió miedo e impresionó al dejar los ojos en blanco.

“Undertaker, Undertaker”, gritaba el público; el sonido de las campanas anunciaban el fin de una gran noche de puños.