Antonio Alfaro
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Nadie lo hubiera imaginado al inicio del torneo, pero los chamacos de la Liga sigue dando la talla y haciendo esperar a los más experimentados como Cristian Oviedo, Carlos Castro, Mario Camacho y Erick Scott.

Los tienen sentados. Y aunque dicen que los jóvenes ganan partidos y los veteranos campeonatos -refrán en el que creen muchos como Mauricio Montero, asistente técnico de Luis Roberto Sibaja -, son los jóvenes quienes siguen sumando puntos.

“Los experimentados son los que tienen que presionar al técnico”, señala Montero, en torno a la disputa que se vive en el cuadro.

La Liga está arremetiendo con la jovialidad de sus muchachos, pero también necesita el bagaje de los experimentados. “No necesariamente jugando, pero sí metidos de lleno”.

Para fortuna del cuadro manudo, jugadores como Castro, Oviedo y Camacho “son progrupo”, según los define “Chunche”.

“Están ayudando, metidos”. Lo hacen fuera del campo, pero también en esos minutos decisivos de los juegos, como el lunes ante San Carlos, cuando Oviedo ingresó de relevo a poner pauta, y asegurar el 1-0.

Los jóvenes sienten respeto por los de más experiencia. También escuchan consejos, según señala Oviedo. Muestran de lo que son capaces, no se acomplejan, se atreven, pero también reconocen en qué deben mejorar.

Valle es de quien menos se habla, pero es “un peón que cubre todo el terreno”, según Mauricio Montero. Los juegos le irán dando el liderazgo que le falta.

Meneses es un lateral izquierdo cumplidor que -según lo que dicen en la Liga-, aún muestra su mejor virtud: llegada y pegada.

Ureña “tiene algo que pocos delanteros tienen: ingresa al área a 100 por hora, pero define a 10 kilómetros”, según confiesa Mauricio Montero.