Ciudad del Cabo/DPA. En la intimidad del vestuario, Lionel Messi se derrumbó. Había contenido las lágrimas sobre el campo de juego, pero entre las cuatro paredes del reducto argentino lloró la eliminación, junto a Diego Maradona y sus compañeros.
"El que dice que Lio no siente la camiseta es un estúpido", aseguró un Maradona abatido.
El primer sostén de Diego fue su hija mayor, Dalma, quien corrió a abrazarlo ni bien salió del campo de juego, rumbo al túnel. Y lo protegió primero de unos hinchas argentinos indignados y luego echó con enojo a las cámaras de televisión, que buscaban el rostro abatido del ex astro argentino.
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