Domingo 18 de julio de 2010, San José, Costa Rica
Nacionales | Entrevista a Fernando Soto
Es uno de los que chinea a nuestra Negrita
De sus cuatro hermanos, sólo él decidió seguir los pasos de su padre y darle mantenimiento a la Virgen de Los Ángeles
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    Soto afirma que le da cierto temor tocar o pulir algunas imágenes, debido a la antigüedad que tienen. Rafael Pacheco.

Karla Barquera, colaboradora
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Desde hace más de 200 años su familia se ha encargado de preparar a la Virgen de Los Ángeles para sus fiestas.

Con cierto temor y mucha delicadeza es que Fernando Soto realiza su trabajo, una labor que heredó de su padre.

¿Desde hace cuánto se dedica su familia a realizar este trabajo? ¿Lo heredó de su papá o de otra persona?

En mi familia llevamos más de 200 años de darle el mantenimiento a La Negrita. Mi papá, Antonio Soto del Valle, empezó desde que tenía 16 años y ahora tiene 80.

¿Y en su caso, cuándo inició?

Yo me metía al taller de mi papá, donde trabajaba con un tío, y fue desde pequeño, desde que tengo 13 años, que admiraba el trabajo de ambos.

¿Desde los 13 años hace ese trabajo?

Empecé de lleno a los 17 años, cuando mi papá me dijo que si quería trabajar con él.

¿Cómo comienza la labor de mantenimiento?

El trabajo inicia con el padre. Él ve las piezas e indica si necesita limpieza o restauración. Él se encarga de ver el estado de la imagen.

¿Ustedes se encargan de reparar fisuras?

Reparamos todo lo que se trata de material de metal, solamente ese tipo de fisuras.

¿Tienen alguna libertad a la hora de trabajar con la imagen o está siendo custodiado siempre?

El padre nos dice qué día se realizará el mantenimiento. Tenemos cierta libertad, pero siempre estamos custodiados por la Fuerza Pública las 24 horas.

Siendo la Patrona de Costa Rica, ¿qué siente al tener la tarea de cuidarla a ella?

Es un trabajo muy importante por lo que representa ella para el pueblo costarricense. Estamos hablando de una personalidad que forma parte del pueblo, es más que una imagen.

Me imagino que es un gran peso en sus hombros.

Sí, es un trabajo muy importante, pero también conlleva mucha responsabilidad. Para nosotros es una dicha muy grande de ser los escogidos para las restauraciones, pero no se trata de un trabajo fácil.

¿Por qué se trata de una labor difícil?

Le damos mantenimiento. Debemos movilizarnos con ella, precisamente vamos de gira a Sarchí, entonces tenemos que ser una especie de “guardaespaldas”, y saber bien cómo se va a manipular.

¿Ustedes pueden tocar la imagen?

Aunque existe un decreto que puso un obispo hace muchos años de que sólo los sacerdotes la pueden tocar, nosotros sí estamos autorizados a tocarla, pero a mí no me gusta.

¿Por qué prefiere no tocarla?

A mí no me gusta, además de ser tan frágil, por el respeto y admiración que le tengo. Pero mi papá sí la ha tocado.

¿Su papá ha alzado la imagen de la Virgen?

Sí, mi papá la ha alzado en ocasiones. Dice que la muñequita en sí no es pesada, pero una vez que se le pone el resplandor sí pesa.

¿En qué consiste la limpieza del resplandor?

Además de limpiar, en pulir; es un trabajo muy delicado.

¿Cuánto se tarda en realizar el trabajo?

En la limpieza para las fiestas de ella, que son en agosto, se tarda de un mes y medio a dos meses.

¿Es un trabajo cansado?

Es un poco cansado para la vista, porque tienen demasiadas piezas pequeñas.

¿Cuál pieza es más delicada?

El sobrepuesto. Es la pieza más antigua. Es de 1802, por lo que es la más frágil y de mayor cuidado. Da miedo que no le vaya a pasar nada cuando la pulo.

En todos estos años sirviéndole a la Virgen, ¿le ha concedido ella algún favor?

Con sólo escogerme para esta profesión, ya es una bendición. Somos cuatro hermanos y sólo yo le seguí los pasos a mi padre. Además, me ayudó en varias operaciones.

¿Le tiene alguna petición especial para este año?

Sí, pero prefiero mantenerla en privado.

¿Le gustaría que su hija siga los pasos de su padre y su abuelo?

A mí me gustaría, pero habrá que ver qué decide ella, hay que esperar si Dios ayuda.

Religioso

Fernando Soto

Edad: 33 años.

Estado civil: casado.

Dato: Vive en Cartago, cerca de la Basílica.

Profesión: Se dedica a darle mantenimiento a imágenes religiosas y a pulir el cáliz y demás accesorios.

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