Juan Diego Villarreal
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Nos dejó sorprendidos la noticia de que una “tromba marina” o vientos de más de 150 km. por hora azotaran Mayagüez, en Puerto Rico.
Esto horas antes de la inauguración de los Juegos Centroamericanos y del Caribe. Es tremendo lo que puede hacer la naturaleza en sólo unos segundos.
Gracias a Dios no hubo víctimas mortales que lamentar y si usted observó en la foto principal cómo un andamio le cayó a un vehículo, más se sorprenderá al saber que la mujer que iba en ese auto no sufrió ningún daño, en forma milagrosa.
Pero cabe destacar la inmediata respuesta de la organización y cómo bomberos y cuerpos especiales de seguridad y emergencias, rápidamente empezaron a trabajar para tener de nuevo todo en orden.
La preparación en todos los sentidos fue la mejor, así como la respuesta a lo impensable, luego de una mañana soleada, donde nadie se imaginó algo así.
La emergencia que se sucitó nos tomó en la Villa Centroamericana, que está a unos 10 minutos en automóvil y apenas nos llevamos un pequeño aguacero, que pasó tan rápido como llegó. No causó ni la más leve sospecha de lo que a pocos kilómetros había sucedido.
Ningún atleta costarricense sufrió por este fenómeno del tiempo, todos están bien y de seguro la sorpresa fue para Verania Willis, quien iba a ser nuestra abanderada en el desfile de la inauguración, pero que al final fue pospuesto.
El Todo Poderoso sabe por qué hace las cosas. No querría ni imaginar qué habría sucedido si ese fenómeno admosférico se hubiera dado en media inauguración de los Juegos.
