Durban, Sudáfrica/ EFE y AP. - La selección de Alemania aplastó a medio gas a una ingenua Australia y logró en Durban su propósito de empezar el Mundial con una victoria aplastante, intimidatoria para sus adversarios en partidos de más compromiso.
El capitán, Philipp Lahm, quería una victoria contundente y la tuvo. Lo que nunca pudo imaginar es que les pudiera demandar tan poco esfuerzo.
“Nos ganamos el respeto de todos”, declaró Klose. “Fue muy importante ganar el primer partido, pero todavía no conseguimos nada. Somos un equipo joven y nos divertimos en la cancha.
Alemania no sintió la ausencia de Michael Ballack, quien quedó afuera del mundial por una lesión, y dominó cómodamente a una Australia que amontonó gente atrás pero no logró descifrar los movimientos tácticos de los alemanes, que constantemente le ganaron al espalda a los defensores oceánicos.
“Hemos trabajado mucho en las tácticas de ataque”, expresó el técnico alemán Joachim Loew. “Y en los movimientos sin pelota, en el aprovechamiento de los espacios. Manejamos muy bien el balón e hicimos goles hermosos”.
“Los australianos se defendieron con diez hombres”, agregó. “En estos partidos, hay que atacar por los flancos y lo hicimos buy bien”, concluyó el técnico germano.
El conjunto alemán labró su victoria con un juego colectivo preciso y con velocidad por las bandas, destacando especialmente el trabajo de los volantes Müller y Mesut Özil, dos de los nuevos talentos de este rejuvenecido equipo.
Sin haber roto a sudar, Alemania, con uno de los equipos más jóvenes del Mundial (25,4 años de media) ganó, gustó e implantó respeto desde el inicio del torneo.
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