Ronny Soto, corresponsal GN
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Puntarenas. - Qué buen negocio es ganar el primer partido de una final y más cuando se hace jugando de visita.

Eso fue lo que hizo ayer el equipo de Desamparados al vencer al Municipal Puntarenas 1-3 en el partido de ida de la final del campeonato nacional del fútbol aficionado (Linafa) en el estadio “Lito” Pérez.

Ese marcador deja a Desamparados con muy buenas posibilidades de ascender a la Segunda División del balompié nacional, sobre todo tomando en cuenta que el encuentro de vuelta será en su casa, en el estadio ST Center de Aserrí, el próximo domingo.

Entre tanto, la serie se le puso cuesta arriba al plantel “chuchequero”, el cual no supo hacer valer la temida “Olla Mágica”, donde los cocinados esta vez fueron ellos.

Un autogol del jugador porteño Rachit Gómez, a tan solo dos minutos de haberse dado el pitazo inicial, anunció lo que sucedería al final del encuentro.

Y es que 15 minutos más tarde, el equipo porteño totalmente desdibujado sobre el terreno de juego, vio como los capitalinos ampliaban el marcador. El habilidoso delantero Randy Ugarte sacando de ventaja de la pésima marca de la defensa de casa, envió el balón al fondo del marco defendido por Juan Carlos Umaña.

Puntarenas hizo todo lo posible por reaccionar, y lo consiguió por medio de un tiro libre potente de José Mendoza en el 38; sin embargo, el espigado Samuel Kentón al 42, les apagó la sonrisa a los pocos aficionados porteños que llegaron a apoyar a su equipo.

Con la ventaja obtenida en el primer tiempo, los desamparadeños se dedicaron en la etapa de complemento a cuidarla, eso sí teniendo que aguantar los embates del “Puerto”, quien lució otra cara, le puso ganas, pero al final no le alcanzó para cumplir con su cometido.