Domingo 14 de marzo de 2010, San José, Costa Rica
Sucesos | En Santa Cruz, casi cuatro años después crimen sigue impune
Pescadores iban por tilapias y descubrieron cadáver torturado
El caso se encuentra “abierto”, a la espera de nueva información, según la Fiscalía
  • AlDia.cr
    El móvil del homicidio aún no está claro para las autoridades judiciales de Santa Cruz. Archivo.
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    La poza era poco profunda por lo que el cuerpo flotó Archivo.

Julio Peña, corresponsal GN
Rodolfo Martín
rmartin@aldia.co.cr

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Santa Cruz, Guanacaste.- El tiempo pasa y lejos de aportar los indicios necesarios para esclarecer el caso, pareciera que se confabula para desaparecerlos.

Han pasado tres años, nueve meses y diez días desde que dos pescadores de tilapia descubrieron en la poza conocida como la “Vuelta de Los Caraos” en el río Cañas, en Santa Cruz de Guanacaste, el cuerpo de Roger Morales Álvarez, un vecino de Belén de Carrillo.

A partir de ese día y hasta ahora, los familiares de la víctima esperan que la “justicia pronta y cumplida” para los responsables de uno de los crímenes más violentos registrados en la historia de la provincia.

La mañana del miércoles 3 de mayo del 2006, Morales, en aquel entonces de 43 años, salió en su bicicleta desde la casa de su mamá en Belén rumbo a una finquita de su propiedad conocida como la “Madre Vieja”, con una extensión de 50 manzanas, donde sembraba maíz para las tortillas, yuca, cuadrados y otros cultivos.

Al parecer, en el camino fue interceptado por un vehículo, del cual se bajaron dos personas. Mientras una lo entretenía, el otro de manera sorpresiva lo derribó de un certero garrotazo en la parte de atrás de la cabeza.

Morales cayó como fulminado a los pies de sus agresores, quienes lo remataron de un balazo en la cabeza. Luego lo ataron de los pies y manos, lo tiraron al cajón del carro y se fueron del sitio.

A lo largo de tres días sus hermanos lo buscaron por la “Madre Vieja” y los alrededores. El domingo 7 de mayo del 2006, Juan José Morales, uno de sus hermanos mayores, llegó al OIJ de Santa Cruz a denunciar su desaparición sin sospechar que a pocos pasos, en la morguera, yacía el cuerpo torturado de su hermano. Había aparecido boca abajo, atadas sus manos con mecate de nylon color azul a la espalda y al cuello. Los pies maniatados con un mecate, también de nylon color blanco, uno de los extremos al cuello y el otro a una gran piedra como de 35 kilos.

Manuel Gutiérrez, un experimentado expolicía, quien fue uno de los primeros en llegar a la “Vuelta de Los Caraos”, recuerda que “la poza donde lo tiraron no era profunda y el cuerpo flotó, Los sujetos que lo mataron no midieron esa situación”.

Morales presentaba un orificio de bala al lado izquierdo de la cabeza, cuatro heridas de arma blanca, un fuerte golpe también en la cabeza. Una herida en el abdomen con exposición de vísceras, al parecer, hecha con un machete a lo ancho del estómago.

Impactados

AlDia.cr
Manuel
Gutiérrez.

Manuel Gutiérrez, Policía.

Nunca he visto algo igual, con tanta crueldad. Se notaba que se ensañaron con el ánimo de desaparecerlo”.

Jorge Vallejos, Fiscal.

El caso se encuentra ‘abierto’, a la espera de nueva información que permita reanudar su investigación”.

Juan J.Morales, hermano.

El dolor que vive nuestra familia es indescriptible. Los años pasan y aún no llega la justicia”.

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