El homenajeado del encuentro entre Santos y Alajuela fue el señor Marino León, el primer presidente que tuvo el club guapileño. Junto a él se les dio un reconocimiento - durante el tiempo de descanso -, a varios de los jugadores de esta agrupación de 1961. Otra que también fue homenajeada fue la madrina del equipo de ese entonces, la señora Soledad Artavia.

El juego no para, sigue

Que haya dos balones en la gramilla no le impidió al árbitro central continuar con el encuentro. Henry Bejarano no se complicó dando un pitido para sacar la pelota sobrante, sino que prefirió tomar el balón con sus propias manos y continuar con el juego. Bejarano corrió resguardando el balón, hasta que encontró la oportunidad de lanzarlo fuera.

No aguantaron hambre

El Ebal Rodríguez estaba a reventar, tanto aficionados del Santos como del equipo manudo se hicieron presentes a la cita futbolística. Las graderías se veían llenas de color rojo, y a más de uno le tocó ver el partido de pie. Además, el encuentro le abrió el apetito a más de un aficionado, quienes no esperaron a que finalizara el partido para comer muslitos de pollo desde las graderías.

La “Doce” entre cantos y pleitos

Algunos aficionados que pertenecen a la “Doce” se fueron a los golpes durante el segundo tiempo, lo curioso fue que antes del incidente todos estaban de manera armoniosa, poniéndole sonido al estadio. El percance duró tan pocos segundos, que después continuaron como si nada con sus cantos. A la salida del encuentro, en las afueras, el pleito siguió con la policía.