Este martes se cumplirá el centenario de una de las mayores tragedias ocurridas en Costa Rica: el terremoto de Cartago.
El paso del cometa Halley, dos sismos previos, ambos el 13 de abril en Desamparados, y predicciones sobre días catastróficos, hechas por el costarricense Pedro, “Nolasco”, Gutiérrez mantenían a la población inquieta en aquellos días.
Desde enero, decía que el cometa podría generar terremotos y mareas altas. Citó dos días trágicos: 12 de abril y 18 de mayo.
Aquel 4 de mayo de 1910, un terremoto de 6,4 en la escala de Ritcher, a las 6:47 p.m., provocó al menos 600 muertes, según el reporte oficial. Pero se cree que la cifra superó los mil, entre desaparecidos y fallecidos no contabilizados porque fueron sepultados de forma privada.
El historiador Franco Fernández Esquivel cuenta que muchos dormían en “tembloreras”, que eran especies de ranchos improvisados de materiales livianos, fuera de las casas o en los patios y que mitigaron la tragedia.
El paso del cometa Halley se esperaba para el 20 de abril, en su momento más cercano a la Tierra, y para el 8 de mayo, la cola.
Los sismos de Desamparados sucedieron el 13 de abril, solo minutos después del día trágico de “Nolasco”.
Solo falló por unos minutos su primer pronóstico, pues los terremotos fueron en la madrugada del 13.
En ese estado de cosas, la población estaba temerosa.
“Luego del 13, no paró de temblar. Se desató una ola sísmica que atemorizó más a los pobladores”, relató Fernández.
Los sismos del 13 de abril, minutos después de la medianoche, se sintieron muy fuertes en Cartago, incluso, según Fernández, causaron algunos daños y falsearon edificios.
“Fueron dos terremotos”, precisó Wilfredo Rojas, sismólogo de la Red Sismológica Nacional. “Uno de 5,7 y otro de 5,4 grados en la escala de Ritcher y con 27 minutos de diferencia”.
La falla de Agua Caliente se había activado. Desde el 13 de abril y hasta el 4 de mayo, incluso en días posteriores, se desató una ola sísmica de hasta 40 temblores por día, según el historiador.
Las “tembloreras” se dieron a raíz de los vaticinios de “Nolasco”, que encontraban eco en el periódico “El Noticiero”. Mientras el científico suizo Juan Rudín, desde “La Prensa Libre”, lo contrariaba e insistía en que no había relación alguna.
El socollón acabó con la ciudad por completo y con el 10 por ciento de la población, que constaba de diez mil habitantes.
El edificio Pirie fue uno de los que resistió la sacudida sísmica. Hoy se conoce como la “Casa de la Ciudad”, que se ubica frente a la Catedral de Cartago.
“Cartago fue destruida y tomada por militares para restablecer el orden. Muchos migraron y hubo grandes saqueos. La limpieza total de la ciudad terminó el 31 de diciembre de ese mismo año, todo un récord”, explicó Fernández.
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