Jueves 6 de mayo de 2010, San José, Costa Rica
Sucesos | Acusado es amigo del pugilista, según Fiscalía
Juicio por ataque en la casa del boxeador Carl Davies
Tres desconocidos irrumpieron a balazos, hirieron policías y sacaron pesados bultos
  • AlDia.cr
    Las autoridades no pudieron identificar y localizar a los cómplices del hoy sospechoso. Archivo.
  • AlDia.cr
    Davies, a través de su abogado anterior, dijo ignorar el contenido de los bultos. Archivo.
  • AlDia.cr
    Los policías fueron acribillados en esta patrulla. Archivo.

Rodolfo Martín
rmartin@aldia.co.cr

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Un hombre de apellido Padilla, amigo personal del boxeador Carl Davies, figura, según autoridades judiciales, como sospechoso de haber –presuntamente– dirigido un ataque armado en contra de la casa del deportista el 13 de febrero del 2008. En esa ocasión fueron heridos de bala los policías municipales: Óscar John Rojas Araya y Guillermo Ramón Brenes Solís.

Así consta en la acusación que por estos hechos planteó el Ministerio Público y que, a partir del lunes entrante, será ventilada en juicio. El departamento de Prensa del Poder Judicial, confirmó ayer el debate.

El ataque, calificado por la Fiscalía como “alevoso”, fue para –al parecer– sacar de la casa dos pesados bultos.

En la acusación se menciona que un perro de la Unidad K–9 detectó droga en uno de los cuartos de la casa donde se dio el hecho.

“Puede afirmarse válidamente, con un altísimo grado de probabilidad, que lo que sacaron de dicha vivienda Padilla y sus acompañantes fue droga”, según el Ministerio Público.

Franklin Fernández, defensor de Padilla, aseguró que todo obedece a “un montaje policial” y que en el debate aportarán prueba que “descarta a nuestro representado en los hechos que se le achacan”, expresó.

Al Día intentó hablar ayer con el boxeador sin que ello fuera posible, aunque se le dejó un recado en ese sentido.

Montaban guardia

A las 2:30 a.m. del miércoles 13 de febrero del 2008, Rojas y Brenes, de la Policía Municipal de Belén, montaban guardia dentro de una radiopatrulla Toyota Hilux, frente a la casa de Davies, en residencial Bosques de Doña Rosa, en La Asunción, en San Antonio de Belén, según la acusación.

A este cuerpo policial se le ordenó vigilar la vivienda porque sería allanada a las 6 a.m. del día siguiente, en acatamiento a una orden girada por el Juzgado Penal de Heredia, la noche anterior.

Davies, por esa fecha, enfrentaba una denuncia por supuesta violación de una colombiana de apellido Gómez. El presunto abuso sexual habría sido en esa casa y, de ahí la necesidad de allanar para buscar indicios, según informó la Policía.

El objetivo de la vigilancia –iniciada desde la tarde anterior por otros dos policías que Rojas y Brenes relevaron– era para que nadie entrara o saliera de allí.

A las 10 p.m. ocurrió un hecho al cual los policías restaron valor, trascendió. A la casa llegaron tres mujeres, una de ellas –de apellido Chaves– se identificó como la novia de Davies. En primera instancia, solicitó permiso para entrar y sacar artículos de aseo personal para Davies. Los oficiales le negaron la entrada. Luego, pidió ingresar para, al parecer, usar el servicio sanitario, gestión también rechazada. Antes de irse llamó a alguien por teléfono y le comunicó que no la habían dejado entrar, según las pesquisas.

Acribillados

A las 2:30 a.m. el policía Brenes permanecía frente al volante del auto y Rojas en el asiento del acompañante.

En ese momento aparecieron un Mitsubishi Lancer, negro, sin placas y con una luz roja rotativa en el techo y un Toyota RAV4 claro, también sin matrícula.

El primero, supuestamente, era conducido por Padilla, quien al bajar, al parecer, fue seguido por tres desconocidos.

Los sujetos, portando una pistola 380, un fusil de asalto y una subametralladora, se posesionaron en la parte trasera, a ambos lados de la patrulla, de acuerdo con las investigaciones.

Inesperadamente, accionaron sus armas “en múltiples” oportunidades –en ráfagas y tiro a tiro– contra los policías, se agregó.

Rojas fue impactado en la cabeza, la pierna y la ingle derecha. Mal herido cayó sobre el cuerpo de Brenes quien recibió un balazo en el hombro derecho y el cuello.

A criterio del Ministerio Público, el ataque se planificó con el fin de que fuera sorpresivo para que no pudieran defenderse.

Al momento del hecho Carl Davies no se encontraba en la casa.

La investigación arrojó que los sujetos, que los doblaban en cantidad, los atacaron con armas de grueso calibre, a corta distancia mientras los policías dormían.

Estas circunstancias, se puntualizó, permiten afirmar “con toda propiedad, que su actuar fue totalmente sobreseguro y por lo tal alevoso”.

Al acabar la balacera, los sujetos se acercaron para saber si estaban muertos o no. Al parecer, los creyeron fallecidos a raíz de la magnitud de la balacera, por las lesiones de Rojas, su estado de inconsciencia y, porque Brenes fingió estar fallecido.

Llegaron y abrieron

Tres de los sujetos abrieron la puerta de la casa y regresaron con un bulto tipo “muerto” grande y pesado, según Brenes.

Al parecer, Padilla les advirtió que faltaba una caja por lo que volvieron a entrar y retornaron con una muy pesada la cual bajaron “arrastrada”.

Un testigo que observó la acción en el condominio, calculó que aquello no tardó más de cuatro minutos.

El testigo dijo que conocía al sospechoso Padilla, pues visitaba la residencia con frecuencias dada la relación de amistad con Davies, sostuvo.

Tras la balacera, el policía Brenes alertó de lo ocurrido y, rápidamente, él y Rojas fueron enviados al Hospital México.

Mucha violencia

AlDia.cr
El atraco al remesero fue muy violento. Archivo.

El sospechoso Padilla participó en dos atracos seguidos, el primero el 5 de noviembre de 1999 contra la agencia del Banco Crédito Agrícola de Cartago en Zapote donde robaron ¢5 millones.

Luego fue condenado a 10 años. El segundo, el 22 de diciembre de ese mismo año, contra un camión remesero carretera a Grecia.

Padilla quedó al descubierto porque recibió un balazo durante el golpe.

Las pruebas en su contra fueron tan contundentes que se acogió a un abreviado. Le impusieron seis años.

“Al sistema ingresó el 1.° de febrero del 2000 con una unificación de causas de 16 años y seis meses por robos agravados y otros”, según prensa del Ministerio de Justicia. Al momento de la presunta balacera contra los policías disfrutaba de un beneficio de excarcelación concedido un año y un mes antes, según Justicia.

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