Diana Vega, colaboradora y Hugo Solano
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Con cajas y bolsas que contenían los implementos necesarios para realizar sus labores por los próximos cuatro años llegó el primer vicepresidente, Alfio Piva, ayer a las 8:30 a.m. a a su despacho en el segundo piso de la Casa Presidencial.

Entre sus documentos llevaba una propuesta que le hicieron en campaña para ayudar en la construcción de una planta en Grecia que se encargaría de gasificar la basura.

“Este proyecto tiene dos grandes ventajas, quita la gran cantidad de basura de las calles del país y produce electricidad”.

Es decir, cualquier material desechable se convertiría en gas, el gas pasaría por una turbina que lo convertiría en electricidad”.

Su interés por proyectos ambientales se lo da su experiencia como pionero de la conservación de la biodiversidad del INBio.

El primer vicepresidente de la República, de 69 años, contestó la inquietud de la prensa sobre lo inestable de las vicepresidencias en los últimos años, por ejemplo cuando Kevin Casas y la misma Laura Chinchilla las dejaron, esta última para irse a la campaña que la llevó al puesto actual.

Enfatizó que sus aspiraciones van más allá de dejar de lado su nueva labor.

“Yo espero ser como don Jorge Manuel Dengo, don Jorge Rossi o el Doctor Aguilar Bonilla. Yo los admiro y espero estar a su altura”.

Otro de los temas en que Piva manifestó su opinión fue sobre la posibilidad de un Estado laico, tema que va y viene en los pasillos legislativos.

Sin embargo, anduvo sin rodeos al afirmar que está con Dios y respeta la decisión de los ciudadanos.

“Laura ha demostrado sus creencias en la campaña. Cada uno tiene su libertad interior y elige lo que quiere” puntualizó.