Miguel Calderón Suárez
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Aserrí.- Una iglesia abarrotada de gente, más de 150 motorizados acompañando al carro fúnebre y un mariachi cantando “Amor eterno” fue la escena que se vivió ayer en Aserrí, durante los funerales de Davies José Vega Cavaleda, joven de 18 años asesinado el pasado miércoles para robarle su motocicleta.
El último adiós del mecánico estuvo lleno de llanto y mucho dolor por parte de los familiares de Vega, quienes recordaron al muchacho como un joven trabajador, humilde y gran amante de los motores y de la música ranchera.
“Es imposible describir este dolor, pero Dios me ha dado mucha paz y fuerza para aceptarlo. Mi corazón está tranquilo porque sé que mi hijo está mejor ahora”, mencionó Gloria Cavaleda, madre del fallecido a la salida de la misa que se extendió por más de una hora. Vega fue sepultado a las 12:15 p.m. en el cementerio de La Piedad en Desamparados en presencia de amigos, allegados, vecinos y por supuesto, familia del colegial, quien soñaba con ser tío y cuidar a su sobrino que viene en camino, contó su hermana embarazada Elena Vega, de 20 años.
“Era un saprissista de corazón y planeaba con ir al estadio mañana (hoy) para ver a su equipo campeón”, agregó la muchacha.
De los sospechosos de matar a Cavaleda, el OIJ aún no tiene rastros ni pistas de la motocicleta que fue robada.
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