Paulo Rodríguez, colaborador
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Durante el Mundial de España 82, Paolo Rossi se convirtió en el héroe que todos los italianos esperaban y necesitaban.Su carrera parecía que había venido en descenso luego del Mundial de Argentina 78, cuando en 1980 su vida futbolística se vio empañada por la suspención de dos años de la práctica del fútbol, tras estar implicado en un escándolo de apuestas ilegales en Italia.Pese al escándalo, “Pablito”, como se le conocía, fue convocado por el técnico Enzo Bearzot, para el Mundial de España. La convocatoria generó muchas dudas debido al tiempo de inactividad que tenía el goleador.El discreto desempeño de Rossi durante los primeros cuatro partidos del campeonato, al no marcar un solo gol, aumentó la incertidumbre en los “tifosi”, que cuestionaron si habría sido acertada la inclusión de Paolo en la selección.Sería en la segunda fase que al atacante de Prato se le encenderían las luces y explotaría, marcándole una tripleta a la poderosa selección brasileña de Sócrates y Falcao, dejándolos por fuera con un marcador de “Rossi 3, Brasil 2”.Luego de pasar el difícil obstáculo brasileño, los italianos tendrían que enfrentar una semifinal relativamente más fácil, contra la selección de Polonia, en Barcelona.En este partido nuevamente el ariete demostraría sus dotes de “matador”, marcando dos goles y llevando a su equipo a la gran final.En el partido definitorio los italianos se encontrarían con la rocosa Alemania Federal, sin embargo los “azzurri” llegaban con el cartel de favoritos.Paolo Rossi nuevamente contribuiría con su equipo abriendo el marcador y así logró consagrarse como campeón del mundo y máximo anotador.
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