Abu Dabi / AFP y EFE. - Fernando Alonso, que no pudo proclamarse en Abu Dabi campeón mundial por tercera vez, difícilmente encuentre consuelo en el subtítulo.

Un clamoroso error de la escudería Ferrari hizo detenerse a Fernando Alonso muy pronto a cambiar neumáticos, lo que le dejó en mitad del pelotón y si posibilidad de progresar. Webber, el supuesto rival a vencer, también había entrado a pits, pero fue Vettel quien se alejó demasiado.

“Se me han escapado algunas lágrimas aquí dentro, con los ingenieros, porque sé cuánto han trabajado y cuánto lo sienten”, dijo Alonso, quien pudo haber campeonizado incluso terminando de cuarto en la jornada de ayer, siempre y cuando Webber no quedara de primero.

“El deporte es así, a veces se gana y otras se pierde”, se lamentó Alonso, después de ser séptimo en la carerra.

El subtítulo de Alonso, campeón del mundo de 2005 y 2006, habría sido bueno antes del inicio de la temporada, ante el poderío de los Red Bull de Vettel y Webber.

“Alonso es el mejor piloto, aunque no ha tenido este año el mejor coche, por lo que su temporada tiene más mérito”, comentó el también piloto español Jaime Alguersuari, que antes de la carrera en Abu Dabi dijo que su compatriota habría conquistado el título sin problemas si hubiera tenido un coche de los Red Bull.

El alemán Sebastian Vettel, a los 23 años, cuatro meses y once días, consiguió ayer en el circuito Yas Marina de Abu Dabi el récord de precocidad más preciado: el de campeón del mundo de Fórmula Uno más joven de la historia. El segundo lugar lo tiene Lewis Hamilton que ganó a los 23 años, 9 meses y 27 días.

“Me he quedado sin habla. Increíble la temporada para mí. Siempre hemos creído en el coche y he creído en mí mismo. Hoy (ayer) intenté no pensar en nada, sólo en ganar la carrera”, explicó Vettel, que lloró de emoción al cruzar la línea de meta.

Vettel es hasta hoy el más joven en ganar un Gran Premio, en subir al podio, en lograr una “pole position” y en lograr puntuar en una carrera.

“Para ser honrado debo decir que no sabía nada. En las diez últimas vueltas, mi ingeniero “Rocky(Guillaume Rocquelin) me daba consejos para tratar de acabar la carrera. Yo me preguntaba por qué él estaba tan nervioso” , dijo.