Juan Diego Villareal
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Tibás Aquello fue el reencuentro del ídolo con su pueblo.

Las lágrimas del “Mariachi”, Alonso Solís, no fueron de tristeza, su alegría de volver a jugar contagió a sus compañeros e inspiró al Saprissa, que venció 3-1 en casa a Limón FC.

La afición coreó su nombre y Solís no los defraudó. Los dejó gritar junto a él las dos conquistas, que hicieron llorar a más de un saprissista de felicidad, al ver a Alonso de vuelta, en el terreno de juego.

Guardó su traje de artista, de cantante, para enfundarse de nuevo la “10” morada y con “taquito” incluído, llenó de picardía un juego que el cuadro tibaseño tenía complicado y no gustaba a más de uno en la gradería.

Una primera parte donde los verdolagas con más fuerza y sin echarse atrás tenían contra la pared a los morados, habían llegado con más claridad y hasta una mano dentro del área de Alexander Robinson, no fue señalado el árbitro central Francisco Venegas.

Wálter “Paté” Centeno no encontraba el camino correcto ni sus socios; Juan Bustos, ni Mauricio Castillo.

Saprissa deambulaba en el campo, y a los caribeños les faltaba atrevimiento.

Fue un chispazo de Castillo en el epílogo, lo que cambió el juego, pues tomó el balón, se quitó dos hombres y sirvió a Javier Loaiza, quien con remate cruzado marcó el 1-0 al 45.

Loaiza corrió y lo festejó con Solís, sin imaginar que más tarde le serviría dos asistencias a gol al “Mariachi”.

Pero los caribeños no dejaron que los impresionara la “Cueva” y Kurt Bernard, acostumbrado a marcarle a los morados, de tiro libre, igualó la cuenta a los 76, tras un error del meta Álvarez.

Limón parecía tomar nuevos aires y estar listo para dar la estocada, pero no contaban que el “Mariachi” Solís había llegado entonado y al 78 marcó para no solo darle la felicidad a sus compañeros, sino también darle la razón a los seguidores morados que clamaron su regreso.

El conjunto caribeño con Jozhimar Reid había desperdiciado ya la ocasión de poner arriba a su escuadra y más tarde tuvo otra para hacerse grande, pero Álvarez olvidó sus nervios y respondió con un gran achique.

Pero con en las películas de acción, los héroes siempre llegan al rescate de su pueblo y precisamente, en el cierre del compromiso, Alonso de media vuelta, marcó el 3-1 al 92, para el delirio de los morados, mientras corría hacía el banquillo y se abrazaba con Roy Myers.