Julio Peña, corresponsal GN y Rodolfo Martín
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Nicoya. - “Por incomprensible y difícil de creer que parezca, lo cierto es que con pleno conocimiento y voluntad tomaron la decisión de matarlo de a poco”.

Así lo consigna la resolución del juez Sergio Céspedes Rivera, al ratificar la condenatoria contra una pareja por el delito de homicidio calificado, en contra de su hijo cumiche de 14 meses.

Los espeluznantes hechos ocurrieron en una humilde vivienda de la ciudadela Mata Buey, al sureste de la ciudad colonial, donde nadie podría imaginar el maltrato que recibía el bebé de sus padres de apellidos Fajardo y Díaz.

La autopsia reveló que la muerte fue totalmente “homicida”, ya que presentaba múltiples fracturas en la cabeza, clavícula, brazos, piernas, desnutrición y una infección en el pulmón derecho.

Además de cicatrices, golpes y otras lesiones menores en todo el cuerpo, como resultado de una agresión “continua y progresiva”.

Los padres “aceptaron de forma libre y voluntaria los hechos acusados y solicitaron la aplicación de un juicio abreviado”.

El juez dejó claro que todas las lesiones mortales, fueron causadas en sólo un mes, lo que provoca que “fallezca producto de la debilidad provocada por la desnutrición, el maltrato, las múltiples fracturas de sus huesos, los golpes y finalmente un trauma en su cráneo, que es sólo el golpe de gracia, de los que progresiva y sistemáticamente, sufrió durante su último mes de vida en manos de sus padres”.

El sufrimiento del pequeño fue “cruel”, tomando en cuenta que para aliviarle el dolor por las cinco fracturas los padres sólo le suministraron acetaminofén, rezó la sentencia judicial.