Chile/AFP.- Su euforia y felicidad al salir del fondo de la Mina San José contagió a todos los que presenciaban el rescate, por eso no hay duda que Mario Sepúlveda, segundo en llegar a la superficie, se robó el “show” y conquistó al mundo entero.

Gritaba “viva Chile, mierda” a través del ducto y apenas logró salir de la cápsula, abrazó a su esposa, luego se agachó y sacó de un bolso varios trozos de roca que le repartió al presidente Sebastián Piñera, a quien también le dio repetidos abrazos y fuertes palmoteadas en la espalda.

El “presentador”, por mostrar la mayoría de los videos que se conocieron de los 33 mineros, también obsequió pepitas al ministro de Minería, Laurence Golborne, a quien llamó “jefazo”, así como al jefe de las operaciones de rescate, André Sougarret, a quien le pidió el casco como regalo para su hijo.

Tras entregar sus presentes, Sepúlveda se acercó hasta los socorristas y, como si se tratara de una estrella de cine, les tocó las manos saludándolos, y luego les hizo corear el tradicional “Chi-Chi-Chi, le-le-le, viva Chile”.

A pesar de su aparente buen estado de salud, Sepúlveda fue llevado a un hospital de campaña para un chequeo médico y antes de subirse a la camilla, con una gran excitación, preguntó por su perra a quienes lo transportaban.

Ya en el hospital, un poco más calmado y junto a su familia, relató parte de su encierro y pidió que los mineros no fueran tratados como artistas.

“No nos traten como artistas ni periodistas; quiero que me traten como minero. Quiero morir amarrado al yugo”, dijo, refiriéndose a que seguiría en minas.

“Estuve con Dios y estuve con el diablo. Me agarré de Dios, tomé la mejor mano. Siempre supe que Dios nos iba a saca”, aseveró.

Mostró un profundo agradecimiento a los rescatistas y aseguró que la vida lo ha tratado duro, pero que ha aprendido.

“Ellos nos recuperaron; nosotros pusimos de nuestra parte, la locura, la experiencia, pero todo lo demás lo pusieron los profesionales”, expresó

Sepúlveda es electricista, está casado y es padre de dos hijos. Este hombre nacido en Parral –la tierra de Pablo Neruda– emergió tras su compañero, Florencio Ávalos, el primero en salir.

En la primera de las grabaciones desde el fondo de la mina, hizo una sentida reinvidicación de los trabajadores mineros.

“La familia minera, amigos míos, no es aquella familia que conocieron hace 100 ó 150 años atrás. Hoy día, el minero es educado, es un minero con el que se puede hablar, es un minero que puede sacar pecho, compadre, y se puede sentar en cualquier mesa de Chile”, señaló el “presentador”.