Chile/AFP.- Es callado y no es de expresar sus sentimientos, pero el cautiverio durante 69 días hizo que Mario Gómez, de 63 años, le expresara a su esposa que la amaba luego de 31 años de casados.

“(...)Su carta me extrañó; me dice que me ama. Nunca recibí una carta así de él, ni cuando éramos novios había sido tan romántico”, dijo Liliana Ramírez.

Gómez, conductor y padre de cuatro hijas, salió de la cápsula con una bandera chilena y tras abrazar a su esposa, quien lloró al verlo, se arrodilló para rezar.

Este minero sufre silicosis, una enfermedad del pulmón, por ello al salir de la mina, los médicos que lo examinaron en el Hospital Copiapó lo encontraron muy cansado.

Además de ese toque romántico que enamoró más a su esposa, Gómez se destacó en el grupo por su figura paternal, pues era el mayor y el más experimentado de los 33 mineros.

A Gómez lo apodan “El navegao”, porque tuvo un paso como marino mercante. En la mina San José trabajaba desde hacía nueve meses trasladando el mineral desde el yacimiento al exterior.

“Es como un padre que cuida a sus hijos”, señaló Gino Erazo, compañero de trabajo de Gómez.

Durante el tiempo que se extendió el rescate, su nieta Marión, quien celebró su cumpleaños número nueve en el campamento, esperó por él en las afueras del yacimiento, dejando de asistir a la escuela.

“Yo llegué el día después del accidente y desde entonces estoy aquí”, contó orgullosa Marion, a la agencia AFP.

Gómez es hijo de minero y se dedica a esta labor desde que tenía 12 años.