Edgar Fonseca, periodista
efonseca@aldia.co.cr
Por los huecos en una carretera, ciertos politiquillos y encopetados “pensadores” ticos, anuncian el Apocalipsis del modelo de desarrollo, de apertura de su economía, de integración al mundo globalizado de hoy por el que transita hoy el país.
Bien harían estos agoreros en leer con detenimiento las lecciones de estos tiempos que nos llegan desde Chile, el primer país en desarrollo y competitividad de Latinoamérica.
Tras soportar una de las más cruentas dictaduras que recordará la historia, Chile se reencontró con la democracia y sus dirigentes le apostaron, visionarios, a la más profunda transformación de su economía.
Llevan firmados 59 tratados comerciales con igual número de naciones y redujeron al 18% el nivel de hogares bajo la línea de pobreza. La inversión directa extranjera alcanzó $12,1 billones en el 2008, informa el Departamento de Estado de EE. UU.
Chile es modelo de apertura, de libre comercio y de crecimiento.
Igual que el Brasil de Lula, que no se desbarrancó en el populismo bolivariano y deja la presidencia del gigante del sur en la cresta de la popularidad pública, no han tenido temor a meterle bisturí y modernizar a sus economías, sin dejar de atender demandas sociales fundamentales.
Esa realidad la esquivan aquí quienes ante los primeros derrumbes en vías públicas tratan de satanizar, con sus afanes populistas, la apuesta al desarrollo y competitividad que hoy desafía al país.
Valga el momento de la hazaña del Atacama, derroche de fe, coraje y de decisión en esos míticos 33 mineros, sus gentes y sus líderes, para reconocer, también, el rumbo que se forja Chile como una de las naciones más modernas del orbe. Tenemos mucho que aprender de ese “milagro”.
© 2010. Periódico Al Día. El contenido de aldia.cr no puede ser reproducido, transmitido ni distribuido total o parcialmente sin la autorización previa y por escrito del Periódico Al Día. Si usted necesita mayor información o brindar recomendaciones, escriba a webmaster@aldia.co.cr.