Antonio Alfaro, periodista
analfaro@aldia.co.cr

         

Comercial de televisión. Toma 1: En primer plano un zapato deportivo para caminar en montaña y las manos de quien lo calza amarrando fuerte los cordones. Toma 2: La pantalla se pone en negro con letras blancas: “Si crees estar listo...”. Toma 3: Las manos de un hombre poniéndose guantes para escalada. Toma 4: De nuevo la pantalla en negro: “Si crees tener todo bajo control...”. Entonces suena la música de acción y aparecen las tomas, a toda velocidad, una tras otra, de tramos de la autopista San José-Caldera, mientras la voz dice: “¡Espérate a que se abran grietas en el suelo que pisas, a que lluevan rocas del cielo, a que se hunda la tierra...”. De nuevo la pantalla negra, todo en silencio y las letras grandes: “La carretera del terror”. El deporte extremo nunca llegó a tal extremo.

No habría competencia equiparable, menos si lo hacemos al mejor estilo de los “reality shows”, con cámaras las 24 horas, difíciles jornadas, lucha de equipos, eliminados, en lo más y mejor del invierno. Si usted vio “Survivor”, ¡olvídelo!

Los competidores armarían puentes, esquivarían rocas lanzadas desde lo alto de los paredones, intentarían atravesar la autopista entre carros a toda velocidad. Y, cuando el dinero sea lo último en que pensarían, se toparán un peaje caro e ineludible.

La audiencia rompería récords. Así -y solo así- el Gobierno no tendría que pensar en romper contrato con “Autopistas del Sol”.