Carlos Láscarez S. y Réiner Montero, corresponsal GN
clascarez@aldia.co.cr

         

Pococí.- Casi cuatro años después de que perdió las dos piernas por salvar a su hijo Jean Carlo de morir aplastado por una vagoneta, Ericka Hidalgo Jiménez se llevó ayer la ingrata sorpresa de que habían suspendido el juicio contra el conductor por segunda vez.

La tragedia se remonta al 11 de enero del 2007 en La Suerte de Ticabán, Pococí, luego de que la mujer salió de su casa en busca de señal para llamar por celular.

Hidalgo cruzó la calle sin darse cuenta de que la seguía su hijo. Para evitar que su pequeño fuera embestido se devolvió, instante en que fue arrollada por un vagonetero de apellido Arguedas.

“Han sido años duros, ya he pasado por más de 17 operaciones en diferentes hospitales. Me gano la vida vendiendo artesanías cuando llegan cruceros a Limón. Mis hijos, de 13 y 7 años me ayudan portándose bien”, aseguró.

Para desplazarse utiliza autobuses con rampa, a los cuales apenas se está acostumbrando.

Sin una disculpa

Lo que más anhela Hidalgo es que se haga justicia, ya que el vehículo pesado no contaba con los permisos de circulación al día. Agregó que año y ocho meses después, el conductor nunca se disculpó y que además presentó ante la Fiscalía tres testigos falsos.

“Me indigna que la vagoneta no tenía permisos de circulación. Le quitan las placas y dos semanas después ya andaba de nuevo. La póliza nunca me cubrió. El INS se portó demasiado bien”, dijo.

“Llegué temprano hoy (ayer) con la fe de que iniciara el juicio y que se aclare que nunca fui la responsable, como el conductor asegura. No puede ser que en una recta de 250 metros no me viera, pese a que corrí e hice señas”, afirmó.

Se espera que en noviembre o diciembre fijen una nueva fecha.