Domingo 31 de octubre de 2010, San José, Costa Rica
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Meta de La Volpe y del país
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Antes de iniciar oficialmente como técnico de la Selección Nacional, Ricardo Antonio La Volpe dijo que con la Tricolor lo quiere ganar todo.

Con el llamado de sus primeros convocados, llegó el momento de pasar de las palabras a los hechos para él, para los dirigentes de la Federación Costarricense de Fútbol, para los convocados.

Con la mirada fija no solo en la meta de Brasil 2014 sino de aprovechar el inicio de una era como esta, con un entrenador de tal trayectoria y de tan costosa y ambiciosa inversión, para dar un vuelco de timón al fútbol tico.

El fútbol de Costa Rica debe aprovechar la oportunidad de la presencia de un entrenador como La Volpe para repensarse en disciplina, rigurosidad y búsqueda de excelencia; para trascender más allá de la sola participación en una Copa Mundial.

La Volpe lo tiene claro. El desea que la “Sele” sea el nuevo “Uruguay”, la sensación que fueron los charrúas en Sudáfrica.

El primer paso se dará mañana con el arranque de los entrenamientos. La primera prueba es el fogueo del 17 de noviembre contra Jamaica y después, aunque Eduardo Li no le exigió el título, La Volpe debe dar un golpe de autoridad frente a las selecciones del área, y llevarse el cetro de la UNCAF.

Debe aspirar a imponerse en la Copa de Oro en junio del 2011 y buscar el pase a la Copa Confederaciones en el 2013. Que el fútbol tico se haga respetar, de nuevo, en el concierto internacional.

La Volpe sabe el compromiso que tiene. Tiene la decisión y el respaldo de la Federación.

Los convocados deben asumir la oportunidad que les llegue con profesionalismo, responsabilidad, seriedad e identidad con la camiseta.

Los dirigentes deben exprimir “la era La Volpe” si desean cambios estructurales en nuestro futbol. Su contratación, como lo dijo el dirigente Li, demuestra una intención país de mayor visión profesional, deportiva.

A los dirigentes se les demanda seriedad mayúscula y no caer de buenas a primeras en el cortoplacismo de tirar por la borda un proceso que, como este, exige tiempo, disciplina y consistencia.

La era La Volpe nos prueba como país para demostrar que, amén de una apuesta onerosa, estamos para dar un salto cualitativo en la visión del país futbolero y deportivo.

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