Carlos Láscarez S.
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Un peón de construcción, de 28 años, enfrenta a la justicia desde ayer en la sala 7 de los Tribunales de Goicoechea, donde se le acusa de 17 delitos de violación, cinco robos simples, un delito de lesiones y una tentativa de homicidio en perjuicio de ocho ofendidas.

El sospechoso, de nacionalidad nicaragüense y de apellido Sánchez, fue detenido el 2 de abril del 2009 por agentes de la sección de Delitos contra la Vida y Sexuales del OIJ en una casa que alquilaba en Santo Domingo, Heredia.

La lectura de la acusación estuvo a cargo del fiscal Rándall Araya Robles, quien expuso que el imputado interceptaba a sus víctimas mientras se desplazaba en bicicleta por Curridabat y La Unión.

Agregó que en varios casos les colocó un cuchillo en el cuello y las amenazó con matarlas.

Les prometía trabajo

En dos ocasiones, según la acusación, interceptó a dos mujeres cuando hablaban desde un teléfono público y tras entablar conversación con ellas, les preguntó si buscaban trabajo. Ante la respuesta afirmativa de las mujeres, el sospechoso les hacía creer que su patrona estaba en busca de una mujer que trabajara como niñera en una casa de Curridabat.

Para consumar el engaño, les decía que debían cruzar un cafetal para llegar hasta la casa. Luego las tomaba por el cuello, las golpeaba y las amenazaba.

En otro caso le prometió a una joven trabajo en un bufete, por lo que le dijo que llegara en autobús hasta un reconocido supermercado y que se bajara ahí.

Además de cometer los abusos, el imputado las despojaba del dinero que portaban en bolsos. En un caso, según el Ministerio Público, logró despojar a una mujer de ¢70 mil.

Una vez obligó a otra víctima a que se subiera a la barra de su bicicleta y la llevó contra su voluntad hasta una finca en el centro de Santo Domingo, Heredia.

No la dejó bajarse del bus

En otro caso, según las autoridades, el 9 de marzo del 2009, el sospechoso subió a un autobús y decidió sentarse al lado de una mujer, a quien amenazó con un puñal en un costado para que no se cambiara de lugar. Tras hacerla caminar más de un kilómetro hasta un cafetal, le dijo que “no iba a salir viva” si no accedía a sus peticiones de sostener sexo oral.

A la última víctima la interceptó a la salida de Migración en La Uruca, luego de que le ofreció trabajo en un bufete, donde requerían de forma urgente de una muchacha. En calle Vieja de Tres Ríos de La Unión, le ordenó que se bajara y la llevó hasta un cafetal, donde la mujer desconfió e intentó huir.

Esa acción hizo que Sánchez tirara a la mujer al suelo, abusó de ella y le provocó lesiones que la incapacitaron por espacio de siete días.

El imputado no declaró ayer. Es defendido por el abogado Wálter Corrales Granados.