Berlín/DPA. - El clásico alemán entre el Bayern Múnich y el Werder Bremen dejó un sabor de frustración para los locales y favoritos y de satisfacción para la visita, que se llevó un punto en el estadio Allianz Arena de Múnich.
Todo estaba a favor del Bayern porque Bremen llegó diezmado, con la ausencia por lesión de su goleador Claudio Pizarro y de su dupla de centrales, Per Mertesacker y Naldo.
Al entrenador Thomas Schaaf, no le quedó otra cosa que hacer debutar a sus recientes incorporaciones, el brasileño Wesley y el francés Silvestre, y poner de delantero al austríaco Marko Arnautovic.
"No fue fácil, pero los nuevos jugaron muy bien. No se notó que debutaban y podríamos haber ganado", resumió Schaaf.
Louis Van Gaal, entrenador del Bayern Múnich, también experimentó e hizo jugar a Miroslav Klose enganche, dejando sólo en la delantera a Ivica Olic. El intento fracasó y Klose se quedó en los vestuarios en el mediotiempo. También se notó la ausencia de Arjen Robben,baja probablemente hasta enero de 2011 .
Van Gaal no ocultó su enfado, "Por supuesto que el empate no nos satisface. Hicimos muy poco. Hicimos mucho, nos faltaron algunos centímetros y un poco de suerte", fue su comentario.
Hace cinco años que el bicampeón no le puede ganar en casa a su eterno rival el Werder Bremen, lo que hace que el inicio de ésta temporada no sea tan sencillo como muchos pensaban.
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