Ana Coralia Fernández
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Querido Juan Rafael Mora:

La primera vez que supe de usted y la gran Campaña del 56, fue cuando yo cursaba el primer grado. Entonces la revista Bambi de abril traía a Juan Santamaría para colorear y un relato de su heroica hazaña.

En los calenturientos años setenta, mi maestra de sexto nos contaba apasionadamente la gesta y de cómo usted y el pueblo se tomaron como propias las riendas “se pusieron la camiseta” y lucharon.

En el cole, me hablaron de Pancha Carrasco y del papel activo y fundamental que jugaron las mujeres.

En la “U” me asombré de la forma en que lo asesinaron y aunque analicé sus otras facetas, nunca dudé de su valor, de su visión y de su amor por la patria.

Cuando repaso la historia patria y sus múltiples interpretaciones, cuando paso por Alajuela y veo al soldado Juan, me emociono y me siento representada.

Algunos pensarán que soy ingenua o que “me trago el cuento”, que no veo el contexto histórico, pero yo sé que no es así y eso basta.

Porque si hubiera que hacer por la patria hoy, lo que ustedes en su momento, lo haría convencida si a la cabeza estuvieran líderes así de comprometidos y valientes.

Hoy ya lo reconocen como un nuevo héroe nacional, para compensar el error y reconocer su valía.

Me alegro por usted y por otros que también han aportado sangre, ideas y llanto por el país de todos.

Ahora usted será un héroe nacional. Para mí, siempre lo fue.