Oslo/AP. - En medio de medidas estrictas de seguridad, el noruego que confesó haber matado a 69 personas en un campamento juvenil en una isla reconstruyó sus acciones ante la Policía en el lugar de la matanza.
La Policía informó ayer que Anders Behring Breivik fue llevado a la isla de Utoya, ubicada en medio de un lago cerca de Oslo, para una diligencia sobre su ataque del 22 de julio. Breivik asesinó a tiros a sus víctimas ahí después de matar a ocho personas con una bomba en la capital noruega.
Breivik, de 32 años, describió en gran detalle los asesinatos durante un recorrido de ocho horas por la isla, dijo el fiscal Paal-Fredrik Hjort Kraby.
El sospechoso no mostró alteración emocional alguna, ni remordimiento con su regreso a Utoya..., afirmó Hjort Kraby.
