Miguel Calderón
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Redactor

Cartago. Sonrió, bailó, volvió a ver al cielo, alzó sus manos y agradeció a Dios por regresar a lo que todo delantero anhela en cada jornada: la anotación.

Diego País duró una hora y cuarenta cinco minutos para poder orinar en la prueba antidopaje, al final del encuentro ante el PFC, pero solo le bastaron 23 minutos para romper la red del arquero porteño, Bryan Zamora.

Ayer se reencontró con el gol , fue figura y de paso le mandó un mensajito a Johnny Chaves, para las próximas fechas.

¡Quiero ser titular!, parecía que le decía el sudamericano al estratega brumoso, luego de que ambos intercambiaran miradas en la celebración del primer tanto del Cartaginés ante el “Puerto”.

Intenso

No seamos mezquinos. No le bajemos el tono al compromiso: el de ayer fue un buen partido, dinámico, intenso, aunque por momentos trabado en el mediocampo pero de buen nivel. Aceptable.

Cartago supo exprimir su juego por los costados con jugadores como Paolo Jiménez, Pablo Brenes, Andrés Lezcano, quien día a día se afianza más en la alineación estelar de su “jefe”.

Los brumosos se aprovecharon de los pecados capitales de la defensa puntarenense. Muy débil por cierto, sobre todo en la primera parte. El planteamiento defensivo utilizado por el técnico Juan Luis Hernández en la etapa inicial, impidió que el choque se fuera al descanso con una goleada parcial de los blanquiazules.

Los matices durante el partido, la incansable comparsa cartaginesa y el regreso del timonel español a la Vieja Metrópoli, marcaron el espectáculo vivido.

Para el complemento, Juan Luis tomó nota de lo que estaba pasando y por fin arriesgó.

Sacó a Rafael Rodríguez y a Bill González y le dio minutos a Ariel Santana y Emmanuel Campos, quienes le dieron mayor fuerza y posesión de balón a los “tiburones” del pacífico costarricense.

Antes, el volante Pablo Brenes había puesto, de cabeza, al minuto 54, el 2 a 0 a favor de las brumas, en un descuido del defensa Ricardo “Sardinita” García.

Los tiburones lo intentaron, se fueron al frente, pero ya era demasiado tarde, el daño estaba hecho y Cartago vivió de la renta.

El local no lució arrollador como el tsunami que devastó Japón, pero sigue sumando puntos y llegó a su tercera victoria al hilo.

Mientras, el equipo porteño sumó su sexta derrota en fila.