La emoción albergó cada centímetro de la “Tacita de plata”, más de 35 mil aficionados esperaron ver al habilidoso Messi.
Lo vieron, sí, pero la ilusión no fue por 45 minutos, ni mucho menos por 90, pues no sobrepasó los segundos y la tribuna del coloso se tuvo que conformar con verlo salir al terreno de juego antes del encuentro y en una que otra toma en las pantallas gigantes del estadio cuando miraba el juego desde la banca de la “Albiceleste”.
Una sobrecarga muscular en su pierna derecha fue la encargada de estropear el sueño de miles de ticos, que pagaron precios exagerados para ver a la “Pulga” saltar en el estadio.
“Messi tuvo una contractura en el entrenamiento (lunes), esperamos hasta hoy (ayer) a mediodía para recuperarlo, pero fue imposible”, dijo Sergio Batista.
Messi, considerado el mejor jugador del mundo, fue sustituido por el volante José Sosa.
“Lo lamento yo más porque lo tenía entre los once y la gente lo lamenta porque querían verlo jugar. No se puede hacer otra cosa, no podemos exponer a un jugador”, agregó el técnico Batista.
La participación de Messi con el Barcelona en el partido del fin de semana ante el Villarreal por la liga española también es duda.
