Internacionales
Jueves 15 de noviembre de 2012, Costa Rica

Líos de generales complican semana del presidente de EE. UU.

Obama: Escándalo no comprometió seguridad

Washington/AP.- No hay evidencias de amenazas a la seguridad nacional a raíz del creciente escándalo sexual que derivó ya en la caída del jefe de la CIA y que ha dejado en vilo la carrera del comandante de las fuerzas estadounidenses en Afganistán, dijo ayer el presidente Barack Obama.

Mientras, los legisladores seguían indagando en la enredada serie de correos electrónicos que desató el escándalo, en busca de descartar esos riesgos a la seguridad nacional.

En su primera conferencia de prensa después de su triunfo, Obama buscó ganar apoyo hacia sus propuestas económicas, de cara abismo fiscal en 2013.

Pero el escándalo de los generales ha eclipsado esta semana la agenda económica de Obama. La situación podría descarrilar también los planes de una transición tersa en su equipo de seguridad nacional y complicar la planificación militar en un momento crucial de la guerra en Afganistán.

En estas condiciones, Obama dijo confiar en que el escándalo represente “una sola nota” al calce en el currículum, por lo demás extraordinario, del exdirector general de la CIA, David Petraeus.

Petraeus, otrora el comandante principal de EE. UU. en Irak y Afganistán, dejó el cargo en la CIA tras reconocer una relación extramarital con su biógrafa Paula Broadwell.

Según las autoridades, Broadwell envió correos electrónicos anónimos e intimidatorios a una mujer a la que aparentemente consideraba una rival por el amor de Petraeus.

Esa mujer, Jill Kelley, intercambió a su vez miles de mensajes electrónicos, algunos de los cuales incluyeron coqueteos, con el general John Allen.