No hubo células que explotaron más que las de su exitoso tema, pero sí dejaron claro, ser igual de explosivos que en sus mejores años.
La banda dirigida por Saúl Hernández estremeció anoche las almas de los más fieles seguidores, que ansiosos por ver a sus ídolos de nuevo juntos, se acercaron al Palacio de los Deportes en Heredia desde temprano.
Junto a sus compañeros de juerga Alfonso André (batería), Diego Herrera (teclados), Alejandro Marcovich (guitarra) y Sabo Romo (bajo), Hernández supo reconquistar al público desde su primer tema “Viento” del disco que lleva precisamente el nombre del grupo, sin duda un viejo conocido para entrar en ambiente.
Seguida de “ Para que no digas que no pienso en ti” echándose a los ticos al bolsillo.
La velada transcurrió en medio de un escenario sencillo, solo ellos y sus instrumentos frente a quienes los vieron en sus mejores años y los que llegaron ansiosos para verlos juntos sobre el escenario por primera vez.
Los mexicanos hicieron un viaje en el tiempo para entonar los éxitos que habían dejado congelados desde 1995 cuando se separaron y que retomaron hace ya más de un año.
“Gracias, en la vida hay que tener coraje no miedo”, dijo Sául para de inmediato entonar su éxito “Miedo”.
“No hay palabras para describir lo que estamos viviendo no es más que un sueño hecho realidad. Has de tu vida una gran vida que de aquí surge la gran frase que dice pura vida”, mencionó el vocalista antes de interpretar “La vida no es eterna”, logrando el estallido de la gente.
Durante poco más de dos horas las baladas y las canciones más roqueras marcaron la noche.
“Estas dormida”, “Piedra”, “Detrás de ti”, “De noche todos los gatos son pardos”, “Perdí mi ojo de venado” y “Los dioses ocultos” también fueron replicadas por los asistentes.
Por supuesto ya cerca de la despedida no faltaron las más aclamadas como “Nos vamos juntos”, “Hasta morir”, “Nubes” , “No dejes que” y uno de sus temas insignia “Afuera”.
La banda también complació con “La célula que explota”, considerada por los conocedores como uno de los mejores temas del rock en español. Y el gran postre de la noche fue “La negra Tomasa”, con ella el adiós y la promesa de que el reencuentro no sea pasajero.
En la mira
Aunque muchos dudaron, el sonido no defraudó al público.
Muchos se quejaron de los altos precios de las ventas de comida en las instalaciones de el Palacio.
La impaciencia se hizo presente tras casi una hora de espera después de finalizar el telonero.
