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Disturbios en La Paz
Fort Lauderdale, Florida y La Paz/AFP y AP. Miles de campesinos, mineros, maestros, obreros y estudiantes marcharon nuevamente ayer en La Paz y detonaron cartuchos de dinamita, mientras el Congreso de Bolivia anunció que sesionará mañana para tratar la renuncia planteada antenoche por el presidente Carlos Mesa.
La policía dispersó con gases lacrimógenos a los manifestantes que intentaron llegar a la Plaza Murillo, incautó alrededor de 500 cartuchos de dinamita y detuvo a un número no precisado de manifestantes, en su mayoría mineros.
La renuncia de Mesa fue un nuevo reclamo que sectores indígenas y campesinos en su mayoría --cuyas protestan han causado desabastecimiento de alimentos y combustibles en La Paz-- sumaron a la exigencia de nacionalizar la industria hidrocarburífera y convocar a una asamblea constituyente.
Mientras, el jefe de la diplomacia estadounidense para América Latina, Róger Noriega, expresó en torno a la asamblea general de la OEA que concluyó ayer en Fort Lauderdale, Florida, su "preocupación" por el "papel" del presidente venezolano, Hugo Chávez en la crisis boliviana.
El canciller venezolano, Alí Rodríguez, pidió pruebas a Estados Unidos de su "papel" en la crisis boliviana.
En Santa Cruz, al este de La Paz, el presidente del Congreso, Hormando Vaca Díez, primero en la línea de sucesión para reemplazar a Mesa, dijo que la sesión congresal fijada para hoy posiblemente se realice en Sucre, capital histórica del país, por falta de garantías en La Paz. Manifestantes trataban ayer de ocupar las adyacencias de la Plaza de Armas de La Paz, donde están la Presidencia, el Congreso y la Cancillería, y controlada por la Policía, en el vigésimo segundo día de convulsión en Bolivia,
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