Alexánder Ramírez S. y Esteban Rojas Sáurez
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Confiesa que la única razón por la cual no opina de política electoral es la prohibición que le impuso el Tribunal Supremo de Elecciones, pero eso no le impide censurar con vehemencia el obstruccionismo de la oposición.

Al cierre del año y en la recta final de su administración, el presidente Óscar Arias no duda en señalar al PAC y al Movimiento Libertario por impedirle gobernar.

No se arrepiente de su segundo mandato. “Sino no tendríamos la Costa Rica que tenemos, insertada en la economía internacional y sin monopolios públicos de teléfonos y seguros”, sostiene.

Este es un extracto de una amplia entrevista que el gobernante ofreció a Al Día, el jueves pasado, en su residencia, en Rohrmoser.

Usted ha insistido en que Costa Rica no se puede gobernar. ¿Quién no lo deja?

Hemos creado una telaraña de leyes, de instituciones que hacen que no se puedan tomar decisiones de manera expedita. Aquí todo el mundo tiene derecho a meter recursos de amparo y no pasa nada, solo con el afán de obstruir. Hemos creado una sociedad con derechos y sin responsabilidades, sin deberes.

Con nombres y apellidos, ¿quiénes le dificultan gobernar?

Hubo una oposición muy fuerte del Movimiento Libertario y del PAC (Partido Acción Ciudadana). Este es el país del no se puede. Aquellos partidos políticos que saben que nunca van a llegar al Gobierno, no les importa, esa es la pura verdad. Es igual que con la Asamblea Legislativa. Todo el mundo sabe que el reglamento obstaculiza la aprobación de leyes y no se reforma porque hay mucho partido que no tiene ningún interés en que se reforme.

¿Ha sido más difícil gobernar ahora que hace 20 años?

Sí. Una oposición más férrea, el pluripartidismo hace más difícil llegar a acuerdos. Mucha gente llegó con resentimientos. Si yo no me hubiera metido, el Presidente sería otro, y eso ha causado resentimientos que se expresa en una oposición muy dura que cree que el deber es oponerse a todo.

¿Laura Chinchilla es su candidata?

No quiero hablar de eso. La escogí de Vicepresidenta por sus condiciones intelectuales y morales. Veo con simpatía que abandonara el Gobierno para aspirar a la Presidencia.

Optimismo y herencias

¿Cómo vislumbra el 2010?

En estos meses se comienza a ver un aumento en la inversión que nos llevará al 2010 con un crecimiento bajo. No será fácil. Crecerá la economía y luego el empleo.

¿Qué le hereda al próximo gobernante?

Un país con rumbo. Un país que se ha insertado en la economía internacional en tres año y medio, con el TLC (con Estados Unidos), el Acuerdo de Asociación con la Unión Europea y el Tratado de Libre Comercio con Panamá.

Pienso que el legado fundamental es una Costa Rica que creció bastante sin que se hayan aprobado nuevos ingresos, cosa que no permitieron los partidos de oposición. Voy a dejar una Costa Rica con una pobreza menor a la que encontré, a pesar de la crisis.

Piedra en el zapato

¿Queda en deuda con el tema de seguridad ciudadana?

Sí. Estamos en deuda. Apenas ha empezado a disminuir. Este problema no se resuelve con mano dura. La solución es atacar las raíces de la delincuencia con una mejor educación, más oportunidades de trabajo, más gasto en cultura. Multiplicamos por más de tres el presupuesto de seguridad, pero no fue suficiente. Ayudamos a las comunidades, pero no fue suficiente.

¿Es el lunar de su gestión?

Es un tema muy complejo. La televisión ha creado una sensación de que este país es más inseguro que Afganistán e Iraq. Es cierto que no es sino hasta muy reciente que comenzó a disminuir la delincuencia.

¿Por qué hasta ahora empezó a bajar, según usted?

Ya hablamos suficiente de delincuencia.

Homicidios, robos y asaltos son una realidad, don Óscar...

Es una realidad, pero no la única realidad del país.

Confesiones

¿Fracasó en la mediación del conflicto en Honduras?

Un fracaso sería si yo fuera el responsable de lo que pasó en Honduras. En lo personal, fue un reconocimiento muy lindo que pensaran que yo podía ser el mediador. Lo que pasó fue que nos encontramos con un régimen de facto muy intransigente que, ante toda la presión internacional, no quiso ceder.

¿De qué se arrepiente?

De no poder hacer más cosas, por la dificultad, la lentitud, los controles excesivos.

Si pudiera devolver el tiempo, ¿habría postulado otra vez su nombre a la Presidencia?

La decisión que tomé fue la correcta, sino no tendríamos la Costa Rica que tenemos, insertada en la economía internacional y sin monopolios públicos de teléfonos y seguros. Una Costa Rica que podrá construir infraestructura gracias a las concesiones.

¿Qué queda pendiente?

La apertura de telecomunicaciones, la adjudicación del muelle de Limón, terminar dos carreteras que tienen más de 40 años tratando de construirse.

¿Usted designó a Ofelia Taitelbaum como Defensora?

No importa lo que haga. El PAC y el Movimiento Libertario todo lo critican, si bostezo porque bostezo, sino porque no lo hago. ¿Qué tiene de malo una diputada con las calificaciones morales e intelectuales para ejercer ese puesto? ¿Qué tiene de malo que uno lo vea con simpatía y que sus compañeros crean que es la candidata idónea y la escojan por 30 votos?

¿Qué opina de la condena al expresidente Rafael Ángel Calderón?

No debería ser una sorpresa. Este es un país de leyes, no hay nadie por encima de la ley y las sentencias de los Tribunales se acatan, no se debaten.