EE. UU. / DPA.- Los planes del presidente Barack Obama para reactivar la maltrecha economía estadounidense recibieron ayer un fuerte impulso con la aprobación en el Senado del paquete de estímulo, la presentación del plan de rescate y el apoyo expresado por la Reserva Federal.

En un mismo día, Estados Unidos habló de gastar casi $3 billones para superar lo que Obama llama un día tras otro “la mayor crisis desde la Gran Depresión” de los años 30.

El jefe de la Reserva Federal, Ben Bernanke, dio un espaldarazo a la iniciativa pública al asegurar que las decisiones tomadas anteriormente provocaron una “sustancial mejoría” en los mercados crediticios e hipotecarios.

“Estas mejoras se produjeron incluso en un momento en el que las noticias sobre la coyuntura eran peores de lo esperado”, agregó Bernanke en una comparecencia en el Congreso ya prevista desde hacía tiempo.

Wall Street, sin embargo, no recibió bien los avances, según la mayoría de analistas, porque aún persisten muchas incógnitas sobre los detalles de los planes.

El índice Dow Jones de industriales cayó 381,99 puntos, para un desplome de 4,62 por ciento, la mayor baja desde que Obama juró el cargo el 20 de enero.

Desde Florida, el Presidente defendió ambos planes.

“Tenemos que conseguir que el crédito fluya de nuevo a las familias y las empresas. Necesitamos frenar la expansión de los desahucios que están barriendo este país”, afirmó Obama.

Con respecto al plan de estímulo de $800.000 millones, que aprobó el Senado y que podría ser ley al final de la semana, Obama realizó una nueva defensa.

“La idea simple en su núcleo es que pongamos a la gente a trabajar en lo que el país necesita”, agregó el mandatario.