Róger Amoretty, corresponsal y Rodolfo Martín
rmartin@aldia.co.cr

Talamanca- Una noche de conversación y cervezas desembocó ayer en una madrugada de violencia y muerte en la comunidad de Puerto Viejo, con el asesinato de un joven de 19 años, a quien le propinaron cinco balazos.

La víctima, Carlos Rogelio Navarro Ruiz, fue muerto a quemarropa al ser impactado en el pómulo derecho, la frente, el tórax y en los brazos en dos ocasiones, manifestó Harry Brooks, delegado de la Fuerza Pública.

El joven, oriundo de barrio Bella Vista de Limón, pero con varios meses de vivir en Puerto Viejo, fue ultimado en el llamado “Parquecito de los Artesanos”, a 400 metros de la delegación de la Policía.

Murió de manera inmediata, según las autoridades.

Su cuerpo quedó tendido sobre la arena, de medio lado y a unos dos metros de la carretera.

Navarro apareció, precisamente, dentro de uno de los tantos puestos de venta que los artesanos tienen en el centro de este poblado costero.

Minutos antes él, su novia y, al menos tres sujetos más, conversaban y bebían cerveza tranquilamente.

“El ambiente era tan calmado que unos compañeros que patrullaban la zona pasaron a su lado sin necesidad de llamarles la atención”, aseguró el policía Daniel Montiel.

Una hora después, uno de los sujetos dejó el grupo y se dirigió a la cabina donde se hospedaba, según informó la Oficina de Prensa del OIJ.

Ahí, recogió un revólver y regresó al lugar donde, al parecer, sin mediar mayor conversación, comenzó a disparar.

El resto de la gente asustada corrió a buscar un lugar seguro, según el OIJ.

Las autoridades detuvieron minutos después a un hombre de apellido Lewis como sospechoso del hecho.

El sujeto fue apresado en unas cabinas situadas a unos 200 metros del sitio.

Ayer por la tarde, no se había resuelto la situación jurídica del sospechoso.

Se presume que se trató de un ajuste de cuentas, según detalles brindados por la Fuerza Pública.

Preocupados

Marcela Oviedo, vecina.

Estos hechos, cometidos por gente ajena al pueblo, nos aleja a los turistas, nuestra fuente de ingresos y desarrollo”.

Gregorio Rojas, comerciante.

La Fuerza Pública intenta poner orden y eso lo agradecemos, pero son los foráneos los que hacen los problemas”.