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ZOZOBRA
Un hombre no identificado pedía ayuda desde un cuarto piso de un edificio en llamas ayer en Nagoya, zona central de Japón, tras una disputa salarial con un sujeto que provocó el fuego, con saldo de tres muertos.
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Reclamo mortal
Tokio/ AP. Un hombre que reclamaba el pago de salarios atrasados tomó rehenes ayer en la sede de su empresa en Japón, y luego causó una explosión que lo mató a él junto con un rehén y un policía.
El asedio de tres horas, transmitido en directo por la televisión nacional, concluyó con una explosión en un edificio de la ciudad occidental de Nagoya, que destrozó varias ventanas y ocasionó un incendio que ardió durante más de tres horas.
Fueron liberados siete rehenes 10 minutos antes de la explosión, que hirió por lo menos a 41 personas, cinco de ellas con quemaduras graves o heridas internas.
No quedó en claro cómo el secuestrador, Noboru Beppu, de 52 años, ocasionó la explosión en el cuarto piso, ocupado por una empresa dedicada a la distribución de paquetes postales.
Beppu llegó a la oficina con un carro de mano en el que había depositado dos recipientes, de 18 litros cada uno, llenos de un líquido no identificado, la mitad del cual derramó luego en el suelo de la oficina, dijo el vocero policial Nobuyuki Onizuka. Los ocupantes relataron que olieron gasolina antes de huir del edificio.
“Las persianas fueron absorbidas y luego la totalidad del piso se tornó rojo”, contó Koji Hirano, un banquero que transitaba por el lugar. “Comenzó a llover vidrio por todas partes”, agregó.
Según varios testigos, el incidente comenzó cuando Beppu entró en la oficina armado con un cuchillo.
La policía subrayó que el hombre exigió el pago de tres meses de salario a la empresa Keikyubin. Los medios informativos indicaron que la cantidad sumaba unos $2.300.
Un hombre de 26 años contuvo a Beppu, pero escapó tras sufrir una pequeña herida de arma blanca. Huyeron igualmente unas 22 empleadas, quedando en la oficina Beppu y ocho rehenes.
La policía tendió un cerco, después que Beppu se prendió fuego y advirtió a los agentes que ocasionaría una explosión si intentaba entrar, según los medios informativos.
Tras liberar a siete de los rehenes y retener al gerente de la oficina, cumplió su amenaza.
“Era increíble”, afirmó Kanta Hisaizumi, una empleada de un bar cercano. “Hubo un gran ruido e inmediatamente comenzó a salir humo negro del edificio”, agregó.
Los bomberos necesitaron 80 minutos para sofocar el incendio.
Posteriormente fueron recuperados los cadáveres del asaltante, el gerente de la oficina y un agente policial.
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