Viernes 16 de abril, 2004. San José, Costa Rica.


Nueva revista deportiva


 

Perspectivas

Cierre de paréntesis

Santiago Manzanal Bercedo

Se cerró un paréntesis, el de siempre, el mismo de todos los años, en la misma época, con las mismas virtudes, con los mismos excesos…

Terminó la Semana Santa, la profana, tostada por el Sol, bañada en dos océanos, retozona en la arena, perfumada con fragancias de cerros silvestres, tumbada a la bartola, irreflexiva, pecadora, perezosa –ahí me las den todas–, etílica, y también la otra, la sacra, ahíta de meditaciones profundas, tortuosas introspecciones, rezos, golpes de pecho, mea culpa, y formidables silencios en ciudades y pueblos de tierra adentro.

¡Ay, esos nítidos silencios!, tanto, que casi se oyen, extensos como la eternidad, incubadores de reflexiones, ataraxia del espíritu, sosiego de los sentidos.

Silencio para pensar en algo y en alguien. Y, si nada ni nadie, pues que reviente de estridencia la carreta de Atahualpa Yupanqui. “Porque no engraso los ejes,/ me llaman abandonao./ Si a mí me gusta que suenen,/ pa' qué los quiero engrasaos./ No necesito silencio,/ yo no tengo en qué pensar./ Tenía, pero hace tiempo,/ ahora ya no pienso más./ Los ejes de mi carreta,/ nunca los voy a engrasar”.

Adiós al silencio, paso al llanto: los días santos –ironía semántica– distribuyeron cruces a varias mujeres, prisioneras entre sus cuatro paredes, a merced de “valientes machos” que les partieron la cara, las costillas y el alma. Durante la semana pasada, aumentaron las llamadas de auxilio al Instituto Nacional de las Mujeres y al 911. La procesión de magdalenas es la única que nunca acaba.

Y, con indignación digna de mejores causas, quemaron a Judas. Ignorantes de ritos y símbolos, expertos en supercherías, varios cafres, inspirados por el traidor personaje bíblico, incendiaron una radiopatrulla, un viejo automóvil, llantas y una casa desocupada, quebraron las puertas de una agencia bancaria y apedrearon a la policía.

Después, resucitamos a la realidad. El lunes, el día siguiente de Pascua Florida, un centenar de trabajadores del muelle de Moín exigieron mejores salarios, y lo hicieron como Dios manda, al menos en este país, bloqueando las calles de Limón. Los políticos retornaron con las baterías a tope: la negociación por el Directorio del Congreso está que arde –computadoras e Internet incluidas–, sindicalistas y exmiembros de Fuerza Democrática lanzarán un nuevo partido, y Ottón, impoluto, seráfico, perfecto, propone renegociar el TLC, o sea, nada…

Se cerró el paréntesis.

| PORTADA | NACIONALES | SUCESOS | OPINIÓN | SOCIEDAD | OVACION | EL NORTE |
| INTERNACIONALES | SERVICIOS | USTED OPINA | PURA VIDA | ESCRIBANOS |

© 2003. Periódico Al Día. El contenido de aldia.co.cr no puede ser reproducido, transmitido ni distribuido total o parcialmente sin la autorización previa y por escrito del Periódico Al Día. Si usted necesita mayor información o brindar recomendaciones, escriba a webmaster@aldia.co.cr

EDICIONES ANTERIORES