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En la actualidad hay tres solicitudes para explotar oro y mercurio en zonas nicaragüenses cercanas al Río San Juan, que podría verse contaminado si se entregan las concesiones, según organizaciones ambientalistas.
Alexánder OTÁROLA/Al Día
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Concesiones amenazan Álvaro SÁNCHEZ CÓRDOBA
alvarosanchez@aldia.co.cr
Ciudad Quesada.- Tras varias semanas de críticas, cuestionamientos y hasta la visita de un equipo técnico del Ministerio del Ambiente y Recursos Naturales (MARENA) de Nicaragua, ahora resulta que la ribera del río San Juan es apetecida por varias concesiones mineras.
Así lo confirmó a El Norte/Al Día el ministro nicaragüense de Fomento, Industria y Comercio (Micif, encargado de otorgar las concesiones), Mario Callejas, quien dijo que hay tres solicitudes para explotar oro y mercurio cerca del río y una más que fue denegada hace unos meses, pero sobre la cual pesa una apelación.
Estos proyectos se unen al cuestionado proyecto de minería a cielo abierto en Crucitas de Cutris, San Carlos, que explotaría la empresa Industrias Infinito S.A. si la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (SETENA) de nuestro país lo autoriza.
Este último fue criticado ampliamente por el ministro del Ambiente de Nicaragua, Arturo Harding, y por organizaciones ambientalistas, quienes aseguraron que el río San Juan estaba en peligro por la concesión que haría Costa Rica de esa explotación minera.
Los nicaragüenses aseguran que el cianuro que se utilizaría en el proceso podría contaminar el río Infiernillo, cercano al proyecto, y este llevaría los desechos hasta el San Juan.
Sin embargo, eso fue desmentido en su oportunidad por el gerente de Industrias Infinito S.A., Jesús Carvajal, quien dejó claro que no habrá contaminación y que el cianuro recibirá un tratamiento especial antes de salir al ambiente de los tanques donde se almacenará. Zona de riesgoEl proyecto Crucitas estará a unos 5 kilómetros del río San Juan y el resto de proyectos mineros, en Nicaragua, estarían en el área de amortiguamiento de la Gran Reserva Biológica Indio Maíz, una de las más importantes de América y que se encuentra en la rivera izquierda del río San Juan.
Para el director de la Fundación del Río San Juan (ONG), Antonio Ruiz, estos proyectos serían “el acabose del río”.
“Hemos sido claros de que la minería debe alejarse de la cuenca del río San Juan. La actividad minera debe estar circunscrita a los viejos pueblos mineros”, agregó el ambientalista.
Callejas explicó que hay una solicitud de extracción en Sábalos, Río San Juan, sobre un área no boscosa que fue aprobada en una consulta entre 400 productores de la zona.
La explotación de oro fue solicitada por Zeneida Rizo Osorio, según los datos del Mific, y consta de una extensión de 35.462 hectáreas, al norte del río San Juan.
Esta misma persona tiene otras dos solicitudes en el lado sur de Río San Juan (San Carlos de Nicaragua), una para explorar y luego explotar 804 hectáreas y la otra para trabajar es unas 5.861 hectáreas.
En Río San Juan ya le fue denegada una solicitud de explotación a Frank Mena Marenco, presidente de la Cámara de Minería Nicaragüense.
Actualmente, en Nicaragua hay poco más de 11 millones de hectáreas concedidas a la minería y más de 2 millones solicitadas, según datos del Micif.
Para la Fundación del río San Juan, esas personas que solicitan la explotación de las tierras son “testaferros” que se encargan, luego de adjudicada, de venderlas a una empresa canadiense (ver recuadro).
El Norte/Al Día publicó la semana anterior un reportaje sobre la contaminación que amenaza el cauce del río San Juan, el más importante de Centroamérica.
La deforestación, aguas negras, erosión y el peligro de la minería a cielo abierto son las amenazas que enfrenta ese río, cuyo número de especies se redujo a la mitad, según estudios del Proyecto Binacional Procuenca del Río San Juan.
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Vista del poblado de “El Castillo”, ubicado en la ribera del Río San Juan, donde una empresa canadiense pretende la extracción de oro.
Foto Ilustrativa/Al Día
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¿Quiénes están detrás?
Ambientalistas nicaragüenses hicieron ayer un serio cuestionamiento a las autoridades de su país, sobre las compañías canadienses que están detrás de los proyectos de minería en ese país y cerca del río San Juan.
Antonio Ruiz, director de la Fundación del río San Juan, aseguró que las personas que solicitan los permisos de exploración y explotación son manejados por las “grandes empresas canadienses que pretenden una concesión”.
“Son testaferros, una pantalla para vender luego sus propiedades a las grandes empresas que son las que verdaderamente están detrás de esto. Nuestro gobierno debe manifestarse en contra de la minería”, dijo Ruiz.
El Norte/Al Día informó el 4 de agosto anterior que, según informes de la Fundación del río San Juan, una empresa canadiense solicitó dos permisos al Ministerio de Finanzas, Industria y Comercio (Mific de Nicaragua, encargado de dar las concesiones) para extraer oro en San Carlos y El Castillo.
Se trata de la compañía Lyon Lake Mines, que vendió su proyecto en Costa Rica, en 1999, a la empresa canadiense Industrias Infinito S.A., misma que pretende instalarse actualmente en Crucitas.
Industrias Infinito S.A. es parte del grupo Vanessa Ventures, una compañía también canadiense.
Consultado sobre el tema en esa oportunidad, el gerente general de Industrias Infinito S.A., Jesús Carvajal, aseguró que no tienen ninguna inversión ni solicitud en Nicaragua.
Datos del Micif de Nicaragua indican que los proyectos de minería que se encuentran en estudio en ese país suman 42.127 hectáreas, mientras que Industrias Infinito S.A. tendrá acción en 309 hectáreas.
Es decir, el proyecto en Costa Rica es 136 veces más pequeño que los que se pretenden en Nicaragua, en la zona de amortiguamiento de la Reserva Biológica Indio Maíz.
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