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Las autoridades policiales aseguran tener algunas ideas de los sospechosos del asalto en la casa del ganadero de apellido Argüello, en Ciudad Quesada, sin embargo no cuentan con pruebas que los vinculen al hecho. José RIVERA/Al Día
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Fallas en medidas de seguridad Vivian MEDINA, corresponsal
Ciudad Quesada.- Los últimos dos asaltos a mano armada, ocurridos durante la última semana, revelan que los empresarios y ganaderos hacen caso omiso de las recomendaciones básicas de seguridad, según autoridades policiales.
La advertencia la hacen luego de que el viernes pasado, tres asaltantes ingresaran a la vivienda del ganadero de 79 años, Eloy Castro Alfaro, en la Virgen de Sarapiquí, de donde sustrajeron ¢400 mil.
Asimismo, el lunes, al menos tres jóvenes encapuchados se llevaron cerca de ¢1,5 millones en efectivo, varios cheques y costosas joyas, de la casa de un conocido empresario ganadero, de apellido Argüello, en barrio San Antonio de Ciudad Quesada.
El director regional de la Fuerza Pública, Édgar Hernández, aseguró que ha aconsejado a diversos empresarios de la zona sobre la incoveniencia de tener dinero en efectivo dentro de sus viviendas.
“Es evidente que a pesar de las llamadas de atención, no se tiene la seguridad necesaria para evitar los atracos, porque las personas que poseen bienes, son sin duda los blancos más llamativos para los ladrones”, indicó.
El coronel Hernández añadió que la situación se repite en el caso del robo de vehículos, donde las víctimas son siempre personas que descuidan sus autos y facilitan la acción del hampa. Sin identificarLas autoridades aún no logran identificar a los asaltantes de la casa de Argüello, ni los que se dieron a la fuga, el viernes anterior, en la Virgen de Sarapiquí.
Los agentes a cargo de la investigación del robo en Ciudad Quesada aseguran que los antisociales, cuya edad podría oscilar entre 18 y 20 años, ingresaron por la parte trasera de la vivienda.
Además, investigan la razón por la cual la puerta, que siempre permanecía con doble paso, ese día se encontraba semiabierta.
La empleada doméstica de la casa, de apellido Cruz, dijo a las autoridades que los sujetos encapuchados, la amordazaron y amarraron con un cordón de tender ropa, mientras ellos registraban toda la casa, en busca de dinero.
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