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Perspectivas
15 A Mónica Umaña
El 15 de agosto, los costarricenses estaremos entre regalos, besos y abrazos; en medio de reuniones familiares y almuerzos, celebrando el Día de la Madre.
El 15 de agosto, unos 14 millones de electores venezolanos podrán ratificar a Hugo Chávez como presidente de Venezuela hasta el 10 de enero de 2007, o revocar su mandato, tras más de cinco años de difícil gobierno, marcados por un agudo fraccionamiento social y político.
Cuando se habla con venezolanos, ya sean expertos en análisis de la realidad de su país, periodistas, vendedores, o choferes de taxi, todos coinciden en decir que su país está en decadencia, y los sectores polarizados.
Y para comprobarlo, solo hay pocos kilómetros de diferencia. Mientras en el Mall Sambil, en el centro de Caracas, los caraqueños y turistas se pasean por tiendas caras y exclusivas como Zara, a unos kilómetros, las barriadas del 23 de enero, donde los Tupamaros (grupos que apoyan al presidente Chávez) se pasean en motos pandilleras, elevando los actos del “Bolívar moderno”, Hugo Chávez.
Según las misiones de observadores de la OEA y el Centro Carter, el funcionamiento de las máquinas de votación y de registro de huellas de los electores que se emplearán el domingo, están en óptimas condiciones.
Ojalá los del Centro Carter pudieran grabar eso en piedra, porque si Hugo Chávez no sale airoso del referendo, culparán de fraude a todo el que participó en el proceso.
Otro que llegó a atizar la polémica fue el prófugo Carlos Ortega, uno de los férreos opositores al gobierno del presidente Chávez, quien se refugió en Costa Rica a mediados de marzo del 2003, y solicitó asilo alegando que es un perseguido político. La semana pasada se confirmó que Ortega regresó a su país, y por eso el sindicato oficialista ofreció una recompensa a quien aporte información sobre el lugar donde está escondido.
Por otro lado, los partidarios de Hugo Chávez juraron continuar con la revolución en Venezuela, en caso que pierda el referendo, mientras los antichavistas amenazan con tomar las armas si se desconoce su eventual triunfo en la consulta.
Que no sea un presagio de un amargo Día de la Madre.
Las tragedias han sido bautizadas con nombres muy singulares. Ya tuvimos el 11S en Estados Unidos, el 11M en Madrid... Que Dios no permita que este domingo se convierta en el 15A.
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